Andrea González denuncia abandono del Bosque Seco: “Nadie nunca hizo nada”

Han pasado dos años desde que la ingeniera ambiental y excandidata presidencial Andrea González envió un exhorto oficial, a través del Parlamento Andino, al Ministerio del Ambiente y a la Alcaldía de Guayaquil. El pedido: proteger al Bosque Seco Tropical de la costa, un ecosistema que está a punto de desaparecer, según denuncia.

Hoy, en 2025, González vuelve a alzar la voz en sus redes sociales: “Son ya 2 años desde que entregamos el exhorto... ¿Vamos a protegerlo antes de que sea tarde?”, sentencia.

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El reclamo, publicado la tarde de este 16 de junio a través de la cuenta oficial de González, dio paso al pronunciamiento del colectivo ciudadano Vía a la Costa Progresa, que también recordó públicamente que el exhorto fue recibido por las autoridades locales en su momento, pero jamás se ejecutaron las recomendaciones propuestas. “El Bosque Seco Tropical está en peligro de extinción”, advirtieron en su cuenta oficial de X (antes Twitter).

¿Qué es el exhorto y por qué es urgente?

El exhorto, como publicó en 2023 este Diario, fue el resultado de un trabajo colaborativo entre varias ONG, el colectivo Pacífico Libre y la Fundación Japu, basado en estudios científicos que alertan sobre la crítica situación de especies como el mono aullador y el papagayo de Guayaquil. Ambas especies están en peligro crítico de extinción debido a la destrucción de los cerros por actividades como la minería no metálica, la expansión urbana y las invasiones.

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En el documento, respaldado por el Parlamento Andino, se pide una acción coordinada entre cinco actores clave: el Ministerio de Ambiente, el Ministerio de Energía y Minas, la Alcaldía de Guayaquil, la Prefectura del Guayas y el Gobierno Nacional. Hasta ahora, ninguno ha dado una respuesta efectiva.

La amenaza real: minería, permisos y corrupción

Para Andrea González, el principal problema radica en la permisividad y corrupción institucional. Las mineras, como aseguró en su momento, presentan estudios de impacto ambiental que ignoran la biodiversidad existente. “Dicen que no hay especies en peligro, cuando estudios científicos prueban lo contrario”, denunció.

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Esto permite que el Municipio de Guayaquil autorice el uso de suelo, que el Ministerio de Ambiente apruebe los permisos ambientales, y que el de Energía y Minas conceda las licencias de operación. “Son tres actores que fallan. No estamos en contra de la minería, sino de la minería en zonas sensibles y protegidas”, sostuvo.

Los habitantes de vía a la costa también están en peligro

La lucha por salvar este ecosistema no es solo una causa ambientalista: también tiene un fuerte impacto social. Las urbanizaciones ubicadas cerca de las canteras han alzado su voz en más de una ocasión por los daños colaterales: ruido, contaminación y pérdida de calidad de vida. “Muchas familias eligieron vivir aquí por los servicios ecosistémicos que ofrece el Bosque”, recuerdó González.

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“No se trata de política ni de figuretismo. Se trata de una oportunidad real de convertir a Guayaquil en un destino sostenible. Imagina llevar a un turista a escuchar monos aulladores en Puerto Azul y luego bajar a comer ceviche. Tenemos un potencial enorme, pero necesitamos voluntad”, concluyó en 2023 la ambientalista.

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