Al menos 70 obras, entre soluciones viales, trabajos de regeneración urbana y calles es la herencia que la alcaldesa saliente, Cynthia Viteri, le deja al alcalde electo de Guayaquil, Aquiles Álvarez. Pero también hay sendos proyectos, como lo dio a conocer ayer EXPRESO, cuyos procesos están desiertos.

¿Cómo recibe la nueva administración este legado? Álvarez asegura a este Diario que lo analizará “a profundidad” apenas llegue a ocupar el Sillón de Olmedo, posesión que se cumplirá en pocos días. Luego del análisis, agrega, lo comunicará “como tiene que ser”.

Cabe recordar que, la semana anterior, sí se pronunció sobre la polémica en torno al programa municipal Más Libros. En un comunicado calificó de imprevista e inoportuna la postura de Viteri por “perjudicar a niños y jóvenes que tienen derecho a educarse”.

En tanto, los concejales electos y reelectos también prometen que posarán la lupa sobre las obras que no se completaron durante esta administración. Por ejemplo, el edil reelecto por Revolución Ciudadana, Terry Álvarez, subrayó que una de las próximas tareas será solicitar un informe técnico pormenorizado de las obras inconclusas, sobre todo las que se declararon desiertas a fin de “hacer una evaluación y conocer los motivos de estas decisiones y pedir los correctivos pertinentes”.

“En mi caso propondré ante nuestro bloque realizar cuantas solicitudes de transparencia sean posibles, para que la ciudadanía conozca las razones de estas acciones inconclusas”, responde el edil, quien cuestiona que aún no esté operativa la troncal 4 del sistema de la Metrovía, que prevé conectar el suburbio con el centro de la ciudad. “La calle Argentina, la terminal terrestre de vía a la costa, entre otras, deberían estar en funcionamiento en beneficio de los guayaquileños”, acota.

El concejal electo por el Partido Social Cristiano (PSC), Jorge Acaiturri, se suma al criterio de que hace falta un análisis y seguimiento para, a su juicio, determinar por qué la obra pública está retrasada.

“Revisar la planificación financiera para asignar los recursos necesarios y que la obra pueda continuar. En el caso de haber retrasos e incumplimientos por parte de los proveedores, se debe aplicar las sanciones pertinentes en base a ley”, argumenta.

Acaiturri concluye su respuesta diciendo que, para aliviar el tráfico y fortalecer la movilidad en Guayaquil, es fundamental el flujo de la obra pública.

Mientras que Emilene Aguayo, edil alterna electa por Revolución Ciudadana, reconoce que una de las funciones del Concejo es legislar y fiscalizar y es por esto que resume que, teniendo en cuenta el número de las obras que no se concretaron, expresa que “el trabajo de fiscalización de los concejales salientes y algunos que fueron reelectos no se realizó efectivamente”. Y eso le preocupa.

“Los concejales debieron habernos dado una alerta sobre este tema. Nos damos cuenta que es un número importante de obras... el asfaltado de calles, baches que representan un perjuicio para todos los guayaquileños. Vamos a tener que trabajar en todo lo que falte y debió haberse hecho; eso representa una carga adicional al trabajo que está pendiente”, remarca Aguayo.

En torno a este tema, EXPRESO se contactó con la mayoría de los concejales que fueron electos, pero hasta el cierre de este artículo no dieron alguna contestación.