El tradicional pregón cívico que inauguraba los festejos por la fundación de Guayaquil se cumplirá esta vez con menos de 30 personas y se transmitirá a través de Facebook. Las ediciones de las ferias del Libro y gastronómica Raíces también correrán con la misma suerte. Son parte de los efectos que deja la COVID-19 en la ciudad a vísperas de las fiestas julianas.

La presidenta de la Empresa Pública Municipal de Turismo, Gloria Gallardo, señaló este lunes 29 de junio mediante una rueda prensa, un recuento de otros actos alusivos a la celebración. Algunos han sido suspendidos, como es el caso del desfile náutico, que convocaba a decenas de familias para apreciar las coloridas barcazas sobre el río Guayas y el estero Salado.

Sin embargo, al referirse a las ferias, afirmó que estas deben realizarse porque, a su juicio, “no se puede dejar ese vacío y porque es un esfuerzo y programa que coloca a Guayaquil como un referente de destino de cultura y gastronomía en el mundo”. Y aunque los consultados por EXPRESO lo creen necesario, advierten que no habrá las ganancias esperadas como las ediciones anteriores, pero que es una buena alternativa y momento de “aprendizaje”.

En el caso de la Feria Internacional del Libro (FIL), que este año cumple su sexta edición, no se celebrará en el Centro de Convenciones, ya que se ‘convertirá’ en una plataforma virtual 3D.

Inicialmente, como se ha venido haciendo desde hace seis años, la feria gastronómica Raíces estaba contemplada para el mes de julio, pero se postergó para la segunda semana de octubre. Ahora, en su séptima edición, abandera los eventos oficiales que se realizarán por el Bicentenario de Independencia de Guayaquil.

La feria ha sido denominada como “híbrida”, es decir, una parte será de manera presencial y otra virtual. Un total de 28 huecas participarán en la muestra y contarán con todos los protocolos de bioseguridad establecidos por el COE.

No obstante, Holbach Muñetón, presidente de la Federación de Cámaras de Turismo del Ecuador, sostiene que más allá de las pérdidas que esto genere, lo más importante es el aprendizaje para continuar con esta nueva realidad, que se origina ya sea por razones del tiempo o por necesidad.

“La pandemia nos lleva a cambiar la forma de hacer las cosas, y esto influye en la industria turística y genera un perjuicio, más aún en estos eventos que ya estaban institucionalizados en Guayaquil”, acota.

Un comentario similar otorga Pablo Arosemena, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, quien subraya que las ferias, por ejemplo, en su búsqueda de encontrar un espacio en la nueva normalidad, se han visto obligadas a adaptarse a la modalidad online y que podrían generar un impacto positivo.

“Los comerciantes somos optimistas y creemos que las crisis pueden transformarse en oportunidades (...) Pensemos que no solo los comercios se están adaptando y reinventando, sino que el consumidor también está cambiando su forma de comprar”.

Entre los beneficios indica que permite un mayor alcance en comparación de las ferias físicas, lo que se traduce en una mayor conexión entre oferta y demanda. Y esto puede permitir acelerar la recuperación de las empresas del sector, que ha sido uno de los más golpeados por el nuevo coronavirus.

Por su parte, el máster en organización de eventos, protocolo y turismo, Ángelo Calderón, aplaude el hecho de que más personas se sumen a utilizar las herramientas tecnológicas, que traen como beneficio una reducción significativa del costo del evento, mientras que una de las desventajas es que no se tendría la alta afluencia de personas esperada.

Bajo su mirada, en el país todavía hace falta generar la experiencia entre la interacción de la persona que organiza y el que asiste porque sino va a ser como “ver televisión”.