
Quijotes de los Andes, el sueño de crear un club que es más que fútbol
Juan Diego García quiere llevarlo a LigaPro en siete años, con fe, juventud y sin padrinos. Primera convocatoria tuvo éxito
En una casa de Quito, donde libros conviven con cámaras de cine y camisetas sin escudo, Juan Diego García (30 años) afila su lanza. No es de acero, sino de sueños; no combate gigantes, pero sí sistemas.
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Fundar un club de fútbol desde cero, sin apellidos ni dinero, parece una locura. Y sin embargo, ahí está: Quijotes de los Andes ha nacido. “Este equipo existe por la gente que cree”, dice García, cineasta, publicista y soñador, en diálogo con EXPRESO.
Lleva meses grabando una serie documental que muestra el nacimiento de un club improbable. El 28 de mayo, lanzó el primer video en redes sociales, a modo de presentación y primer llamado a más soñadores. Unas 1.600 personas respondieron: jugadores, entrenadores, voluntarios... todos con el deseo de sumar.
A los pocos días, en una mañana andina todavía mojada de neblina, sesenta chicos entre 14 y 24 años estaba citados a la primera convocatoria, el viernes 6 de junio. No era solo fútbol: era un acto de fe. “Queremos llegar a la Serie A en al menos siete años. Y lo vamos a contar todo”, explica García. No es solo un proyecto deportivo, sino una forma de proponer otro país, otro fútbol.
El equipo aún no tiene personalidad jurídica; esta se espera concretar en junio. Faltan cinco de los veinticinco socios requeridos por ley en Ecuador, pero los estatutos ya están listos, y la sede, por ahora, es la propia casa de Juan Diego.
“Estoy dispuesto a hipotecar lo que tengo. No lo hago por dinero, sino porque creo que podemos construir algo distinto desde el deporte.”
Una gran apuesta por su sueño

El modelo es autogestionado, sin padrinos políticos ni capitales oscuros. Todo se hace con lo que hay. El entrenador voluntario es Carlos Torres, hombre de ligas barriales y divisiones juveniles, creyente en la formación más que en el atajo. Juntos planifican nuevas convocatorias en otras ciudades de Ecuador.
¿Por qué el nombre? García responde sin dudar: “Porque, como Don Quijote, estamos locos, pero nuestra locura es noble. Vamos contra el sistema, contra el desencanto. Y creemos, sinceramente, que podemos ganar”.
Afuera, un balón golpea el poste. Nadie anota, pero nadie se rinde. La historia de Quijotes de los Andes es, por ahora, una promesa: grabada en video, tejida con esperanza, sostenida por jóvenes que entrenan al amanecer. Es una empresa contra el tiempo, las trabas legales, el escepticismo. Pero también -y sobre todo- una empresa a favor del alma.
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