Luego del paro nacional y la participación de Emelec por Copa Libertadores, el duelo entre Unión Manabita y el Bombillo al fin tuvo cita en Sucumbios para completar los dieciseisavos de final de la Copa Ecuador.

El partido en el estadio Municipal de Shushufindi arrancó con un Emelec determinado a atacar, pero cambiando su ADN y se debería, en gran parte, por dos razones: un campo en muy malas condiciones y la cantidad de alternantes que impuso Ismael Rescalvo para este choque. 

Y es que jugar en un gramado en el que la pelota rodaba con muy poca fluidez, era una complicación que el cuerpo técnico millonario anticipó y por eso su clave a la hora de generar fútbol sería saltando líneas con pelotazos largos desde los pies de Aníbal Leguizamón. Y no ponderar los circuitos entre líneas por carriles interiores, un patrón en le manual de los millonarios.

Así, el Bombillo sería capaz de llevar al arco de Unión Manabita, tres jugadas claras de peligro. El primero, a través de un pase largo de Leguizamón hacia Bryan Wittle, quien no logró definir ante el portero Rodríguez; la segunda, una pared dentro del área entre Vera y Lastre y este último, definió como defensor que es.

El partido era unidireccional, se jugaba en el área de los locales y el fútbol pasaba solo por los pies de los millonarios. Unión Manabita intentaba golpear a la contra, pero no lograba trascender por la firmeza de los centrales. 

Mauro Quiroga tuvo el grito de gol en su testa, en tres claras ocasiones, pero no definió correctamente. 

El primer tiempo iba a cerrar el telón con una lluvia que seguiría complicando el espectáculo. Si ya la cancha era un atenuante, el agua la dejaría aún más difícil. Pero habrían tres acciones de mucho drama.

Luego de una gran salvada de Pedro Ortiz, el Bombillo tuvo dos opciones imperdibles. La primera, una salvada -en primera instancia- sobre la línea de gol de un zaguero local y después un gol anulado de Lastre por fuera de juego. En la repetición, la primera jugada, quedó claro que la pelota entró en su totalidad.

Pero si el primer tiempo iba a terminar sin goles, el arranque del segundo iba a ser una avalancha de goles para los locales, que ya no iban a poder contener. Emelec había demostrado que era muy superior, pero faltaba concretar y en el complemento iba a pagar esa deuda.

En cuestión de 4 minutos, los millonarios iban a liquidar la historia con doblete de Pittón y la revancha de Quiroga, quien había fallado la mayoría de oportunidad en el primer tiempo.

Pittón, quien no había marcado con Emelec en todo el año, pudo acabar con sequía luego de un pivoteo de Quiroga en el área y apareció solo para empujarla en el área chica. Emelec abría la ruta a la clasificación y el local no iba a poder detenerlo.

A renglón seguido, desde un tiro de esquina, Quiroga pondría el 0-2 luego de un cabezazo de Leguizamón, quien rozó el balón hacia el pecho del delantero argentino y quien mandaría el balón al fondo de la red. Parecía una pesadilla para los dueños de casa.

Y no acabaría allí. Gracia, de los mejores en el partido, recupera un balón y lo deja a Pittón encaminado al área, saca un zurdazo cruzado y derrotó al portero Rodríguez de los locales. Historia liquidada. 

El reloj sumaba 54 minutos y lo que restaba era de trámite. Emelec tenía la clasificación en el bolsillo y Unión Manabita no iba a poder hacer algo para evitarlo. Rescalvo aprovechó para meter varios cambios y entre esos, hacer debutar, en el club, a Kevin Rivera. 

Ya en el tramo de  los cinco minutos finales, Edgar Lastre roba un balón en salida y, en una individual, ganó su posición y definió como un delantero. A los 94, Caicedo encendería la máquina y enviaría un pase largo preciso para Quiroga, quien cerraría la pinza. La historia terminó 0-5.

Los millonarios medirán, en los octavos de final de la Copa Ecuador, a Aucas, esta vez, en el estadio Capwell a partido único.