Su idilio con la equitación nació en la niñez. Desde ese momento Priscila Simpson inició el camino que le llevó a convertirse en campeona nacional de salto, algo que solo lo había conseguido Gabriela Saá hace 21 años.

“Estuve a caballo antes de poder caminar. Mi abuelo siempre tuvo caballos en la casa. La pasión por el deporte inició a los 6 años. El hijo de una de las mejores amigas de mi mamá montaba muy bien, lo fui a ver en un concurso, ganó, me regaló la escarapela y me quedé fascinada”, detalló la jinete de 28 años.

Agregó que a lo largo de su camino deportivo tiene como el mayor apoyo y compañera en los entrenamientos y competencias a su madre. “Es gracias a ella que pude llegar a competir y nunca más paré”, aseguró.

En las canchas su complemento es Cretchon Z, un caballo de raza belga, nacido en Argentina, al que monta desde hace cerca de tres años.

“Tenemos una relación fuerte, pasamos todos los días juntos. Como jinete se debe conocer bien al caballo. Mientras más cercana es la relación se hace un mejor equipo. Mi caballo también me conoce muy bien. Sé cuándo le debo apoyar más y viceversa”, comentó Simpson.

Este vínculo fue clave para ganar el campeonato nacional de salto y con el plus de hacerlo sin cometer faltas. Priscila fue la única mujer en el torneo que puso a prueba a los jinetes en cinco canchas.

“El año pasado llegué al campeonato nacional saltando con Cretchon solo en dos grandes premios. No obtuvimos los primeros lugares, pero fue un buen primer paso, demostró su fuerza y capacidad. Este año fue maravilloso, consistente, llegué con confianza al campeonato, sabía que era posible alcanzar la medalla”, analizó.

Ya en la competencia dio el primer golpe al imponerse en la prueba de velocidad. Después pasó una tras otra las canchas sin cometer errores y en la última salida tuvo un susto al topar uno de los palos, pero que al final no cayó.

“El caballo hizo un campeonato impecable, no botó ni un palo pese a que no teníamos margen de error, la presión era muy grande”, resaltó Priscila. El festejo fue en la pista, donde soltó las riendas para galopar con libertad y premiar con caricias a Cretchon por su gran desempeño.

Destacó que “fue emocionante ser la única mujer compitiendo y la que ganó. Mi objetivo es ser la mejor jinete entre hombres y mujeres. Nos toca pelear más fuerte porque es un deporte muy físico, de muchas horas de trabajo en el sol o en la lluvia. Este triunfo espero que inspire a niñas, a chicas, que vean que es posible ser mujer y ganar”.

La celebración continuó con su familia, amigos y colaboradores, de quienes dijo han sido claves para llegar a la cima. Junto a la jinete trabajan palafreneros, herreros, chofer, veterinario y entrenador.

“Vivo y trabajo para los caballos, son largas horas de trabajo. Con mi equipo los tenemos entre algodones, mimados. Me puede faltar cualquier cosa, pero a mi caballo no”, confesó.

Tras la corona nacional, ahora Simpson se enfoca en cumplir el sueño de representar al país en el ciclo olímpico de cara a París 2024.

Para esto indicó que trabajan como equipo con otros jinetes en busca de formar un equipo fuerte, que tendrá el respaldo del reconocido entrenador holandés Frank Van Helmond, quien visitará el país para desarrollar clínicas con los deportistas.

“Entrar al equipo es mi objetivo, me encantaría poder representar al país, es un sueño que tengo desde pequeña. La preparación que tendremos será a tope”, detalló.

La primera meta de Priscila es participar en los Juegos Bolivarianos, que se desarrollarán en Valledupar, Colombia, en junio. Espera conseguir el boleto a los Sudamericanos de Asunción, Paraguay, que otorgan la clasificación a los Panamericanos, donde se definen los cupos olímpicos.

“Estamos compitiendo regularmente en campeonatos regionales y nacionales, dándolo todo para poder estar al máximo y lograrlo, creo que estamos demostrando que vamos por buen camino. Todo deportista de élite sueña llevar la bandera de su país a lo más alto en las Olimpiadas. Y mi sueño personal sería poder hacerlo en los próximos Juegos Olímpicos de París”, sentenció la jinete.