Desde el sábado pasado, el FC Augsburgo de Alemania volvió a la concentración y entrenamientos en grupos, y entre ellos se encuentra el ecuatoriano Carlos Gruezo. Mañana, a las 08:30 de Ecuador, el FC Augsburgo recibirá en su estadio, el WWK Arena, al VfL Wolfsburg. Es la vuelta del fútbol en el planeta, pero sin hinchada. Gruezo, en enero pasado volvía de una lesión de seis meses y era tomado en cuenta entre los 18 jugadores. La cuarentena le sirvió para estar al 100 %. Desde Augsburg nos cuenta cómo ha sido la preparación para el regreso de la Bundesliga.

- Primer ecuatoriano en volver a las canchas en el mundo.

-Gracias a Dios podemos retornar a las canchas el fin de semana. Pero ha sido un proceso, un trabajo tomando en cuenta todo el sistema de seguridad. Esta semana estamos trabajando al cien por ciento, porque hemos estado más de dos meses entrenando por separado y ahora en estos días debemos estar listos para el partido. Cuesta mucho, lo importante es que la parte física está bien. El fútbol regresa y ahora pensamos en sumar los tres puntos.

- ¿Hay miedo, temor de contagio?

-Se está haciendo un trabajo de lleno en seguridad. Claro que hay muchos que tienen un poco de miedo al contagio. Esperamos que con la bendición de Dios no pase nada. El sistema de seguridad sanitaria es excelente.

- El equipo ahora está concentrado, como si estuvieran en cuarentena.

-Desde el sábado pasado estamos concentrados en el hotel del club, solo los que pertenecemos al plantel. No podemos tener contacto con la familia, ellos también son sometidos a exámenes. Después del partido del fin de semana se tomará una decisión, de estar concentrados hasta la final del campeonato o si volvemos a las casas como antes. 

- ¿Qué cambió en la concentración?

-Los exámenes son seguidos, cuando dejamos el hotel para ir a los entrenamientos, son dos o tres por carro. Los trabajos de esta semana son con equipo completo. Era como que volvíamos de vacaciones al vernos todos. Cuando estábamos en la cuarentena se hicieron varios entrenamientos, pero con grupo de jugadores nada más y tomando muchos metros de distancia, pero eso fue antes.

- Mascarillas, guantes, ¿qué usan?

-Sin nada de eso, los chequeos son más seguidos. Es que todos hicimos caso, cuando veníamos a trabajar por separado en el club íbamos directo a la casa. No se salía a ningún lado. Gracias a Dios nadie salió positivo.

- ¿Qué medidas de seguridad les pedían?

-Todo era el cuidado personal, de no tener contacto con otra gente. 

- ¿Alemania abre las canchas de fútbol?

-Es algo bueno para retornar a la normalidad. Debemos darle las gracias a Dios, esto ha sido una dura prueba. Esperamos que pase lo más rápido, que los que están enfermos se recuperen y quienes perdieron a sus familias, el Todopoderoso les dé fuerza en esta situación. Y también veo que muchos se han acercado a Dios y eso es bueno.

- A jugar en solitario, sin hinchada.

-Será raro, pero es por el bien de los hinchas. No se sabe si seguirá hasta el final. Están trabajando para que los últimos encuentros sean con fanáticos. Pero primero está la seguridad sanitaria de todos. 

- ¿La paralización sirvió para recuperarse mejor de su lesión?

-Tenía parado seis meses, volví al equipo y tuve un partido, y comenzó lo de la cuarentena. Venía sin ritmo y pasó lo del COVID-19. Y seguí haciendo trabajo físico, espero volver a estar en condiciones y estar al 100 %. Me gustaría estar entre los 18 concentrados para comenzar. Me siento bien por ahora, trabajo de lleno con todos mis compañeros.

- En la cuarentena se ha visto un lado de Carlos Gruezo que no se conocía, compartiendo la palabra de Dios.

-Es muy bueno, desde acá se une la familia, los amigos y en las tardes se habla de la palabra de Dios, de lo bueno que ha sido el día. Todo el tiempo hay que ser agradecido con Dios.

- La familia ¿qué hará cuando se vuelva a la normalidad?

-Mi esposa quiere saber qué tal es la sazón de la comida ecuatoriana (ella es colombiana). En vacaciones se espera volver al país y probar todo lo que le han dicho de las delicias que hay en el país. Ha escuchado mucho de la comida de Esmeraldas y Manabí.