Cuando Alberto Montaño, exseleccionado de Ecuador, expresó que con Uruguay se juega “con un cuchillo entre los dientes” no se equivocó. Este martes 12 de septiembre, los hinchas de Guayaquil y Quito, que no acudieron al estadio Rodrigo Paz Delgado, sufrieron, se emocionaron y al final terminaron festejando la victoria 2-1 de la Tri ante Uruguay.

Y es que el grito lo tenían “ahogado” desde el partido de hace cinco días con Argentina, de ahí que bares, restaurantes y plazas en las dos ciudades más importantes del país ‘cortaron’ incluso -algunos- sus jornadas de trabajo regular para ver el partido de la Tricolor.

En Guayaquil, plazas gastronómicas como Las Ramblas, ubicada en la avenida Carlos Julio Arosemena, al norte de la urbe, congregó a cerca de un centenar de hinchas que vibraron de principio a fin. Fue el caso de Mayra Cedeño, una oficinista de 31 años que regularmente trabajaba hasta las 18:00, pero por el partido salió 2 horas antes.

“Sufrimos bastante al principio del partido, pero el gol del empate llegó al finalizar el primer tiempo, vamos a ver si en el segundo tiempo logramos darle vuelta”, dijo con emoción.

Ya en Quito, la fiesta no fue menor. Los bares ubicados a lo largo de La Mariscal, al norte de la capital, fueron uno de los puntos de encuentro escogidos por los aficionados que pasaron de la tristeza, a la alegría y jubilo tras el gol del empate de Félix Torres y posteriormente nuevamente para la victoria.

En la segunda parte, el partido pasó a ser de dominio casi total de la Tri, y los hinchas lo vivieron de tal manera en el que los nervios y el optimismo se hacían sentir a través de los gritos, los gestos con las manos e incluso con algunos insultos.

El reloj seguía su curso dentro del partido y la hinchada en Guayaquil comenzaba a desesperarse, se impresionaron mucho con el gran partido de Kendry Páez y Moisés Caicedo, quienes crearon rápidamente una conexión de juego en la cancha.

Los hinchas flamearon banderas y arengaron a la Tri con varios gritos como “Vamos Ecuador” y “Vamos Enner”, haciendo referencia al delantero ecuatoriano.

Era el minuto 51’ y el juez central Wilton Sampaio dictó penal para la Tricolor mientras la hinchada se levantó de su silla y comenzaron a festejar una chance única para la selección de ponerse en ventaja en el marcador.

Enner Valencia tomó la pelota y la colocó en el punto penal, el réferi hizo sonar su silbato y el delantero falló el tiro. Los aficionados por la Tricolor no lo podían creer, se tomaron la cabeza, comenzaron a gritar y golpearon las mesas de la frustración.

Pero las cosas mejoraron 10 minutos más tarde, a los 61’ cuando por fin llegó el grito de gol gracias a Félix Torres, todos los aficionados gritaron y explotaron de júbilo alzando sus brazos y gritando lo más fuerte que podían pues sabían que el partido se lo estaba llevando la selección y así fue hasta el minuto final.

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