Buenavida

Las walkas de Saraguro se exhiben en Europa de la mano de Suzanne Ruiz

Con Yanapaqi, Suzanne se convirtió en una embajadora del arte de Saraguro en mullos

Suzanne Rodríguez
Suzanne Ruiz luce algunas prendas de YanapaqiCORTESÍA

Cuando Suzanne Ruiz Velazco tuvo que desarrollar un proyecto sobre emprendimiento social, como trabajo de fin de máster en la Universidad para la Paz en Costa Rica en 2015, una colorida idea saltó a su mente como un destello de esperanza y empoderamiento que vinculaba las culturas de sus dos naciones: Ecuador y España.

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Trazó su objetivo: crear un emprendimiento con el que pueda ayudar y empoderar a las mujeres del país andino, desde Madrid, la ciudad donde reside. ¿Cómo hacerlo? Lo primero que se le ocurrió fue exponer y comercializar los distintos productos de paja toquilla hechos por mujeres ecuatorianas. Para ello, investigó y viajó al poblado de Sígsig, en la provincia del Azuay, donde hay estos tejidos por doquier.

  • Marca. Yanapaqi ha logrado a través de eventos en Madrid unir a la comunidad ecuatoriana en España. Brinda espacio de sociabilización entre migrantes.

Sin embargo, su plan cambió bastante durante su recorrido por el poblado indígena. “Primero, porque investigando, me di cuenta de que la paja toquilla ya tenía mucho recorrido por el mundo y porque en ese viaje por casualidad me encontré con un periodista de una revista de turismo. Le conté que había viajado desde España, a qué había ido y lo que quería hacer y él me dijo ¡ ‘tienes que conocer mi pueblo Saraguro’!”, le cuenta a EXPRESO esta emprendedora de 35 años.

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Así llegó a Saraguro, un pueblo artesanal ubicado a 67 km de Loja, cuya bisutería como pulseras, anillos, llaveros y especialmente las walkas (collares) hecho de mullos (pequeñas chaquiras) de diferentes colores, es parte de la indumentaria indígena de las mujeres y la máxima expresión cultural del sitio.

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Suzanne quedó impresionada. Y es que, con toda una vida en España, de donde es oriundo su padre, y apenas con visitas a Guayaquil para ver a su familia materna, hasta entonces esta ‘ecuañola’ se sentía más de estirpe europeo.

“Era una preciosidad. Había visto antes los collares de chaquiras, pero no a ese nivel de faraona. Antes de viajar, llamé a una señora de Saraguro y ella era parte de una asociación de mujeres que realizaban estas artesanías”, detalla Suzanne, quien además estudió Derecho y Administración de Empresas.

La importancia y las horas que las mujeres de Saraguro le dedican a esta labor; la forma en la que introducen cada piedrita, entrecruzan los hilos y crean diseños circulares con cincuenta filas multicolor, con flores y efigies que representan el sol, las flores, las estrellas, el arcoíris, la vida, enamoró a Suzanne en su primera visita.

“Tienen un emprendimiento social, pero cuando más lo conocía, me daba cuenta y lo hablaba con ellas, que más caro deberían vender su producto por el valor que tiene y las horas invertidas”, resalta.

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Así nace Yanapaqi. Un vocablo kichwa que significa ‘Ayuda’ en español y que la emprendedora adoptó como nombre de la marca del negocio que la uniría con 14 mujeres de Saraguro.

“Yanapaqi porque mi objetivo era ayudar a empoderar a las mujeres. Ahora he descubierto otra palabra que es Yanapanakuy que significa ‘ayuda mutua’ y que creo representa mejor la evolución del proyecto, porque yo muestro sus artesanías, pero ellas me permiten ser embajadora de sus productos”, cuenta.

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Desde ese año, Suzanne creó una sociedad con ellas. Compra a la asociación de las 14 mujeres bisutería con estilo indígena típico de Saraguro y también les encarga una parte con diseños propios que ella elabora, donde les asigna un estilo más occidental sin perder su esencia, y los expone y comercializa en Madrid.

Pero la marca ha ido más lejos y se abrió camino más allá de España. “He enviado bisutería de Yanapaqi a Corea, Marruecos, Costa Rica, Estados Unidos, Holanda, Alemania, Suiza, Italia, Francia y Portugal. En estos dos últimos países y España vendo de manera permanente a tiendas. Gran parte del público que adquiere las artesanías son ecuatorianos y de Saraguro”, cuenta Suzanne.

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Más allá de un negocio, haber optado por esa vía del emprendimiento y la ayuda, despertó en Suzanne sus dotes de diseñadora y creativa, la revalorización de su cultura ecuatoriana. “El proyecto con mujeres ecuatorianas nació porque mi madre es guayaquileña. Ella conoció a mi padre que es español, cuando él trabajaba en Guayaquil. Se enamoraron y como no puedes sacar a un español de España, ella vino a Madrid. Aquí nací yo. Con este proyecto conseguí acercarme más a la cultura ecuatoriana que hace tiempo deseaba”, comparte.

Con Yanapaqi, Suzanne ha logrado a través de eventos en Madrid, unir a la comunidad ecuatoriana en España, brindar ese espacio de sociabilización entre migrantes compatriotas y adquirir más conocimiento cultural que incluso pueda compartir con su hija Fe, de 4 años, quien tiene herencia de cuatro países.

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BUSCAN SU PROPIA MARCA

Yanapaqi ha crecido tanto en el exterior que las 14 mujeres proveedoras están próximas a sacar su propia marca, sin dejar de suministrarle bisutería a Suzanne, quien también pretende elaborar una nueva marca llamada ‘Eq’, “de equidad”, en el que involucrará artículos de otras culturas ecuatorianas como gorros de lana de alpaca y su propia línea de camisetas ‘Ñaña’.

“Me han dado esta noticia y alegría a la vez, porque esto significa que mi plan inicial, Yanapaqi como un proyecto de empoderamiento económico para mujeres indígenas, que nació como un proyecto de máster, ha funcionado y que ellas se han dado cuenta de que lo que tienen en las manos es un tesoro”, concluye la ‘ecuañola’.