Hoy es el Día Mundial de las Papas Fritas, ese irresistible manjar dorado y crujiente que ha dejado huella en la historia gastronómica global, tiene orígenes más profundos de lo que parece. Desde su comienzo hasta su actual estatus como un acompañante integral en las comidas, ellas han conquistado los corazones y los paladares de personas en todo el mundo.

• Un comienzo humilde

Surgieron de la necesidad y la experimentación. Se dice que en el siglo XVII, en Bélgica y Francia, los pescadores solían freír tiras de pescado para crear una alternativa a su dieta diaria basada en los productos del mar. Sin embargo, a causa de las condiciones climáticas y la disminución de las capturas de pescado, recurrieron a las papas como un sustituto. Así nacieron las primeras versiones de lo que hoy es un platillo irresistible.

• El proceso químico detrás

La magia detrás de la combinación de texturas crujientes por fuera y suaves por dentro de este platillo se debe al proceso químico conocido como la reacción de Maillard. Cuando las papas son sumergidas en aceite caliente, el almidón y los azúcares presentes en ellas se someten a varias reacciones químicas que generan colores y sabores fascinantes. Este proceso de caramelización es esencial para la creación del característico sabor de las papas fritas.

• En camino hacia la popularidad

Las papas fritas no se convirtieron en una sensación culinaria hasta la revolución industrial. Fue en la región de Valonia, Bélgica, donde comenzaron a ganar fama como una comida de calle. La combinación de su sabor y la facilidad con que se preparaba hizo que fueran un éxito instantáneo en las calles y mercados locales.

• Globalización

En el siglo XX llegan a su punto más alto y se expanden rápidamente gracias a las cadenas de comida rápida, como KFC. Estas franquicias llevaron las papas fritas a todos los rincones del mundo, convirtiéndolas en un símbolo icónico de la cultura pop.

• Su secreto irresistible

El sabor adictivo de las papas fritas no reside únicamente en su proceso de cocción, sino también en la forma en que se acompañan. Las salsas , desde la de tomate hasta la mayonesa, el queso fundido o los condimentos personalizados realzan el sabor y desencadenan un sube y baja de sensaciones en las papilas gustativas.

• 5 consejos para las papas perfectas

1. Seleccione bien las papas. Elija las que son adecuadas para freír, como la semichola o blanca. Estas tienen un alto contenido de almidón, lo que les permite obtener esa textura crujiente por fuera y tierna por dentro.
2. Del mismo tamaño. Córtelas en tiras de igual tamaño. Esto asegura que se cocinen de manera uniforme y evita que algunas piezas queden crudas y otras demasiado cocidas.
3. Un baño helado. Remoje las tiras de papas en agua fría durante 30 minutos antes de freírlas. Esto ayuda a eliminar el exceso de almidón, lo que contribuye a que las papas queden más crujientes al cocinarlas.
4. Doble o nada. Emplee la técnica de doble cocción: primero fría las papas a una temperatura más baja (alrededor de 160 °C) hasta que estén cocidas pero no doradas. Luego, sáquelas del aceite, aumente la temperatura del aceite a unos 190 °C y métalas nuevamente hasta que estén doradas y crujientes.
5. ‘Séquelas’ y deles más sabor. Colóquelas en un plato cubierto con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Luego, sazone con sal u otros condimentos mientras aún están calientes, para que se adhieran mejor.

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