Amanece en Cali con el calor propio del verano y, desde la localidad de Pance, al sur de la ciudad, Isabela Córdoba Torres responde nuestra llamada a distancia. “Me has encontrado viajando”, dice sobre sus vacaciones. Ha dejado por unos días Madrid, donde reside hace un año, y ha vuelto a sus raíces colombianas para abrazar su historia y estar con los suyos.

Al hablar sobre ella, hace un reencuentro de esa vida artística que empezó de niña y retomó en su adultez, y que le permitió llegar a grandes producciones de Netflix y próximamente el cine.

Pero su vida no solo ha girado en proyectos actorales. Su esencia también se vuelca al canto y la locución que tanto la apasionan.

El boom de Netflix

Con un maquillaje muy sutil y vestida con trajes de 1.800. Así aparece Isabela en las escenas de ‘Bolívar’, producción transmitida por Netflix y Caracol Televisión.

En aquella telenovela es Juana, la hermana del Libertador, un personaje de aproximadamente 17 años. Para interpretarla, Isabela requirió de mucha exigencia a nivel psicológico para adentrarse a la realidad social de esos tiempos.

“Me soñaba actuando en novelas de época y cuando llegó Bolívar para mí fue fascinante”, dice sobre lo que vivió en 2018. Agrega que “Juana llegó a aportarme mucho... A entender en carne propia cómo las mujeres eran tratadas y reprimidas... Fue un viaje en el tiempo”.

Lo mismo le aportó Cecilia, de ‘Las Villamizar’, otra novela de época que se estrenó en diciembre en el gigante de streaming. “Ella fue violentada y abusada por militares españoles. Y la separaron de sus hijos”. La trama está basada en una historia real, pero con toques de ficción.

Si bien le gusta interpretar mujeres de lucha, no se niega a otros papeles, como aquellos envueltos en violencia, discriminación o racismo. “Asumiría el reto... A veces hay que interpretar estos personajes, porque son individuos presentes en la sociedad y seguirán estando mientras no haya una conciencia y empatía por el otro. Por eso es importante darle voz a diferentes historias”, sostiene.

Para su agenda 2023 se proyecta actuando en cine y cuenta que el camino ya lo empezó. Esta vez bajo la dirección del colombiano Marco Vélez, con ‘Ultraviolencia’, una producción que próximamente estará en las carteleras.

Actuación, sinónimo de libertad

Fue hace solo siete años que Isabela empezó a transitar en el mundo actoral.

“Siempre nos inculcaron que uno debe iniciar su trayectoria lo más pronto posible, pero esta carrera me ha mostrado la otra cara. Me enseñó que nunca es tarde... ni para empezar ni para volcar de profesión”, reflexiona.

Antes de vincularse al teatro y las cámaras, Isabela había estudiado en Buenos Aires, Argentina, la carrera de diseño industrial. Y, a la par de ese mundo de planos y medidas, fue explorando su otra faceta. “Cuando era adolescente, ya participaba en los coros y musicales del colegio en Cali, pero el gusto se definió una vez que viví en Buenos Aires”, comenta.

En sus tiempos libres integró coros que iban desde música folclórica hasta de gospel. Pero allí no quedó todo, luego se apuntó a cursos de teatro musical y fue entonces cuando su vida dio un giro de 180 grados.

“Decidí volver a Colombia y fue como volver a nacer porque tuve que tocar puertas”, comenta.

Empezó con obras en teatro y, de a poco, entró a la TV con novelas como ‘Francisco, el Matemático’ y ‘Polvo carnavalero’, hasta que su carrera empezó a crecer a pasos agigantados. Luego llegó a Netflix.

“Si bien el diseño me permitía crear, la actuación para mí es libertad. Es darle vida y sentido a una serie de palabras que no se quedan solo en interpretación, sino que crean una sintonía viva con el espectador. Eso la hace fascinante”.

A fondo...

• Si tuviera que elegir solo una de sus carreras...

Es una elección difícil, porque cada una de mis habilidades hacen parte de mi forma de expresión.

• Género con el cuál se siente más a gusto:

Me fascina el thriller psicológico.

• El personaje que más le costó soltar:

Ninguno, pero recuerdo con mucho cariño los personajes que he interpretado.

• Si su vida fuera una obra...

Sería muy reflexiva. La titularía ‘Un monólogo con Isabela’.

Del góspel y otras pasiones

La locución para comerciales y los coros Gospel ocupan también sus días en Madrid. Ser corista de estos grupos de música cristiana, dice, va más allá de la devoción a Jesús: esa mezcla de ritmos la conecta con canciones en las que su potente voz se impone.

Así de polifacética se muestra luego de haber girado el timón. “Entendí que la vida no es un camino lineal... Toda mi experiencia, lo que migré, cambié y aprendí en el camino a la final es lo que me ha enriquecido y es lo que cuenta”, concluye.