Desde aquella huelga en Nueva York en la que 129 mujeres murieron calcinadas por reclamar mejores condiciones laborales en 1909, la evolución del rol de la mujer en las empresas ha sido un proceso largo y siempre complejo.

En la actualidad, pese a que aún hay una brecha laboral, también es cierto que son muchas las profesionales que están experimentando cambios significativos en este ámbito. Están las que lideran sus propias empresas o tienen jefaturas de toda índole.

Algunos estudios hechos para Latinoamérica por parte de la consultora McKinsey & Company concluyeron que las compañías percibidas como diversas en términos de género tienen un 93 % más de probabilidad de lograr resultados financieros superiores al promedio.

Para conmemorar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, SEMANA dialogó con las CEO de diferentes rubros, quienes son una muestra de las miles de trabajadoras en Ecuador.

 Según la Organización Internacional de Trabajo (OIT), en el país la mayor presencia de mujeres en altos cargos está en Guayaquil, con un 37 %, y le sigue Quito, con el 34 %.

A pesar de lo difícil de las circunstancias, ellas tienen el ímpetu de ser unas ‘jefazas’. 

• “Cada vez hay más mujeres en lo digital”

Haberse quedado sin empleo en una startup y estar viviendo su tercer embarazo hizo que Virginia Saman se levante con fuerza. Las redes sociales pasaron a ser su ventana al mundo.

Contaba además con un bagaje como ingeniera informática en Gestión en la Universidad Santa María, donde fue docente y decana, y una maestría en Marketing Digital y Comercio Electrónico en OBS Business School en Madrid.

“Desde antes de emprender, siempre trabajé en departamentos de tecnología y sistemas donde predominaban los hombres. Yo era la única o máximo éramos tres mujeres en esa área. Pero justamente el hecho de estar en un mundo donde somos pocas, creo que ha sido mi ventaja. Por ejemplo, eso me dio la oportunidad de empezar a dar charlas en eventos grandes o tener mejor enganche en redes”, explica.

Fue así que desde el 2014 empezó a dar servicio de administración y manejo de publicidad digital, además de talleres y asesorías sobre presencia en internet, a través de Virgixhelp. Ahora, mientras aumenta el número de profesionales en ese rubro, dice que eso se siente desde las mismas redes sociales. “Hay una especie de sororidad, de fraternidad y de apoyarse las unas a las otras. Estar en esa misma frecuencia nos ayuda ir hombro a hombro a quienes somos madres y jefas”, concluye.

• “Hay que promover la diversidad en las cocinas”

En el camino laboral está claro que no todo es color de rosas, sobre todo en rubros donde predominan los hombres, como la gastronomía. Por allí ha transitado la ecuatoriana Alejandra Espinoza (36), quien recientemente fue nombrada Embajadora Especial para el Turismo Gastronómico por las Naciones Unidas. Se formó profesionalmente en el Instituto Paul Bocuse de Lyon, ciudad francesa. Y después de trabajar con varios chefs reconocidos con estrellas Michelin en Francia, como Guy Savoy y Alain Ducasse, se mudó en el 2014 a Estados Unidos, para laborar en restaurantes emergentes.

“En el exterior el trabajo fue mucho más segregado en cuanto a tema de género. De una brigada de 30 personas éramos apenas dos mujeres, pues supuestamente piensan que la mujer no lo puede hacer”, ejemplifica.

Desde sus cocinas cambia el chip. Actualmente es la CEO del restaurante Somos en Quito, que fue incluido en la lista ‘50 best Discovery’ y donde lidera un staff de 37 personas. Se alista para inaugurar otro en Miami y añade que “una de las misiones, además de impulsar la cocina ecuatoriana, es promover la diversidad y eliminar la brecha de género”.

Y ya lo pone en práctica. “Cuando di a luz a mi primer hijo, pausaba media hora para mandar mi leche en un Uber hasta casa porque mi bebé no podía venir, estábamos en pandemia. Eso hubiese sido imposible en un restaurante de Francia”. Y añade: “Siento la responsabilidad de dar voz a más mujeres, de mostrarles a las cocineras que pueden ser profesionales, madres y tener una familia”.

• “Estamos rompiendo paradigmas”

A la hora de generar ingresos, la guayaquileña Alejandra Montoya, dice ser de metas altas. “Aprendí a ver la oportunidades en cada producto que se ponía en tendencia”, recuerda.

Esa pasión por las ventas la llevó a estudiar Ingeniera Comercial en la UEES, y el camino empresarial lo inició hace más de diez años, en la industria de zunchos de plástico (material para embalaje) para el sector agrícola bananero, Cabmontplastic, donde actualmente es gerente. Y, en tiempos de pandemia, incursionó en la moda, a través de Toulouse, en asociación con otra ecuatoriana, Heydi Coronel, cuya marca la tienen en Miami.

Para arrancar contactaron a diseñadoras locales, como Etoile de Nicole Leimgruber, Melissa Murtinho y Patricia Trujillo quienes crearon modelos para Toulouse que han sido lucidos por celebridades como Kimberly Reyes en la alfombra roja del Festival de cine de Venecia, e incluso la primera dama de Ecuador, Lavinia Valbonesi, en sus salidas casuales.

“He sido súper feminista, en el sentido, de que las metas laborales que me propongo, las lucho y consigo. Me siento capaz y creo que muchas mujeres también son capaces de todo”, expresa. Y añade, “tengo la convicción de que cuando una mujer está presente en una compañía o en la toma y cierre de una negociación, las cosas mejoran; hay seguridad en nosotras. Estamos rompiendo los paradigmas”.

• “Liderar desde el ejemplo inspira a las demás”

Desde la calidez de Puerto Cayo, Manabí, la quiteña Dayra Reyes, CEO de Las Tanusas Holding, de Orkiola Design, y codirectora de la Fundación Amor 7,8, ha puesto su enfoque en hacer brillar esa comunidad con la sostenibilidad como su modelo de liderazgo.

“Cuando hago trabajo de territorio, conecto mucho con la identidad. Volver la mirada hacia nuestra tierra es mirar a nuestras madres, abuelas, bisabuelas, y eso hace valorar cómo era la mujer de antes. Desde la cultura Valdivia, había un modelo matriarcal en el que ellas tenían un gran rol para el desarrollo”, destaca Dayra.

Por eso cree importante hacer hincapié en la fortaleza de las mujeres, “sin desmerecer el rol del hombre, porque somos equipo. Como líderes responsables debemos transmitir el mensaje de que ambos somos complemento. Solo así se logra un desarrollo real, sostenido y equilibrado”.

El ser madre de un niño con una condición especial, hipoacusia bilateral (dificultad para hablar y escuchar) también le hace entender los desafíos de quienes tienen hijos en las mismas condiciones. Y gracias a su fundación ha contribuido a mejorar la educación de los recintos cercanos, ya sea con infraestructura, apoyo docente y capacitaciones. “Cuando hay mujeres que lideran desde el ejemplo es mucho más transformador, porque inspiran a otras a romper patrones”. 

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