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Viteri arma su tarima

La decisión está tomada. La candidata Cynthia Viteri recupera el control de una tarima que heredó de una coalición desmembrada. Y posterga para el lunes la entrega pública del acta de defunción de La Unidad.

Expectativa. La candidata Viteri, ayer en Guayaquil, rechazó adelantar criterios sobre el anuncio que prepara para el lunes, sobre Avanza.

La decisión está tomada. La candidata Cynthia Viteri recupera el control de una tarima que heredó de una coalición desmembrada. Y posterga para el lunes la entrega pública del acta de defunción de La Unidad. O lo que queda de ella: Avanza. Y de su líder, Ramiro González, como cabeza de lista de asambleístas nacionales.

“Estas elecciones las ganará la campaña que tenga menos lastres”, dice uno de los más cercanos colaboradores de Viteri sobre el anuncio. No da nombres. Nadie los da. Porque el Partido Social Cristiano, que cumplió ayer con la formalidad de las elecciones internas, se ha aferrado a un silencio disciplinado. Y mensajes ambiguos.

“No me interesan las discusiones de los políticos ni los acuerdos ociosos”, adelantaba Viteri ayer desde el atril.

En esta muerte anunciada, las fuentes de Avanza consultadas por este Diario se dan por notificadas sobre la salida de González como líder de la lista nacional de asambleístas, un acuerdo que había sido pactado y anunciado. Todos sus negociadores ante La Unidad coinciden: “Llevaron a Ramiro hasta el límite. Y no cedió”.

La última reunión entre González y Viteri, confirman ambas formaciones, se dio en Quito, el martes por la noche. Allí, la candidata socialcristiana -citada por terceros- adelantó que su decisión se pronunciará el lunes, un día después de que el líder de Avanza sostenga la convención interna de su partido, donde buscará retener la presidencia en una elección donde incluso su círculo cercano se ha volcado a la crítica.

“Ramiro tenía que haber dado un paso al costado para permitir a Byron Pacheco liderar la lista. Era el nombre del consenso. Pero ya es muy tarde para eso”, asegura una de estas voces fuera de grabadora. Y, ante el micrófono, el secretario general de Avanza, John Argudo, responsabiliza a González de haber “matado al partido por aferrarse a una candidatura”.

En el socialcristianismo, la figura de González solo parece contar con la aprobación del fundador de la extinta coalición, Jaime Nebot, quien ha dejado en Viteri la plena capacidad de decisión sobre el tema.

Las voces críticas del PSC han terminado valorando en las encuestas el costo político de mantener a González en la misma tarima de Viteri. Una medición de Market, de la semana pasada, terminó de confirmar sus presunciones: González, con una intención de voto relevante del 13 %, quedaba un punto por debajo del emblema del nuevo socialcristianismo, su legisladora Cristina Reyes. Ella será la encargada de liderar la lista tras el anuncio de Viteri.

En esta muerte cruzada, donde César Montúfar de Concertación mantendrá su apoyo a Viteri, el socialcristianismo, que pierde capacidad de entrada en las provincias de la Sierra, donde Avanza es clave, pretende salir revitalizado.

El círculo que rodea a Viteri percibe un efecto de doble golpe a su favor: desprenderse de un blanco de fácil ataque y, como ha reconocido el propio Nebot, validar la capacidad de Viteri de tomar las decisiones de su campaña. Porque en esta nueva tarima no está sola. Con la defunción de Avanza se anunciará el nacimiento de nuevas alianzas provinciales.