La gasolina escasea en varios sectores de la zona norte de la provincia de Esmeraldas, gracias a la delincuencia. Pablo Quiñónez intentó, hace un par de días, llenar de combustible su carro en la gasolinera de la vía Ibarra-San Lorenzo, situada al ingreso de esta última ciudad, pero ya no había. Ante su desesperación, compró gasolina embotellada que se comercializa en la calle. “La botella de gasolina que generalmente cuesta $2, ahora cuesta $4”, se queja.

Como él, hay cientos de conductores afectados en San Lorenzo, Río verde, Borbón, Maldonado, Rocafuerte, Las Peñas y otros poblados esmeraldeños, quienes no todos los días pueden tanquear sus vehículos de combustibles desde hace un mes, aproximadamente. “Antes de las vacunas, llegaban de dos a tres convoyes de combustible. Ahora llega uno solo y pasando dos días. A veces antes del mediodía ya se termina la gasolina y mucha gente llega y no puede tanquear, porque el convoy va dejando la gasolina en otras ciudades y acá trae lo que le queda”, cuenta a EXPRESO uno de los administradores de la estación de combustible de San Lorenzo, quien prefirió la reserva de su nombre.

El trabajador ratifica la difícil situación de la escasez de gasolina debido a las extorsiones en la vía que sufren los conductores de los tráileres de este combustible, quienes ante tanta amenaza y pedido de dinero (‘vacunas’) para poder transitar con tranquilidad, han optado por viajar menos hasta la zona norte de Esmeraldas.

• Extorsión. De acuerdo a datos de la Policía, hasta 600 dólares cobran los delincuentes como ‘vacunas’ a los conductores en las carreteras.

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Las quejas sobre las ‘vacunas’ en la vía vienen también desde las víctimas directas de esta extorsión: los conductores, quienes narran que entre las ciudades de Santo Domingo a Quinindé está el tramo más peligroso. “Es que ese sector es uno de los más afectados por los baches y a uno sí o sí le toca frenar en seco. Ahí es donde aprovechan los delincuentes y lanzan palos gruesos y le prenden fuego y uno queda atrapado”, dice Luis, un conductor del bus interprovincial Trans Esmeraldas, quien prefirió la reserva de su apellido. No obstante, con los días, las vacunas se han extendido a lo largo de las carreteras que conectan la ciudad de los Tsáchilas con los cantones de Esmeraldas, porque la delincuencia se expande. Incluso, señalan, hay vacunas que se cobran al ingreso de las terminales terrestres.

“Los transportistas estamos viviendo una etapa muy dura. En la vía Quinindé-Esmeraldas, a la salidas de las minas, es otro peligro. Saliendo con los ingenieros de las minas nos interceptan y nos dicen que, si no les damos tanto, no nos dejan pasar. Hemos tenido que suspender ahí nuestras actividades”, añade a este medio Carlos García, presidente del Frente de Transportistas de la Provincia de Esmeraldas.

Esta asociación abarca a 24 operadoras de diferentes tipos de movilización: los de carga pesada, carga mixta, carga de combustible, transporte intercantonal, interprovincial, interinstitucionales y cooperativas de taxis. Todos son afectados, dice García. “El problema es generalizado. No solo en los transportistas de gasolina. Ha habido compañeros transportistas que ya han muerto por negarse a entregar la ‘vacuna’ (unos cuatro de lo que va en el año). Nos preocupa tanto que no queremos ni salir a trabajar”, manifiesta.

Desde enero hasta el 15 de diciembre, a nivel nacional, el sistema ECU-911 ha registrado 518 robos en ejes viajes. Esto es un 38% más que en el mismo lapso, pero del año 2022, cuando se registraron 376 casos. También hay un aumento en los casos de extorsión. De lo que va del año (hasta el 15 de diciembre), se han registrado 4.925 casos, un 79 % más que en el mismo período, pero de un año antes, cuando hubo 2.740 casos.

El pasado 13 de diciembre, la Policía detuvo en la ciudad de Esmeraldas a Alejandro Q., de 38 años de edad, alias ‘Lagarto’, quien extorsionaba en las vías a los conductores de buses y quien sería además miembro de la banda delincuencial Los Tiguerones. La policía lo capturó gracias a la grabación de un chofer de un bus interprovincial que lo filmó mientras el extorsionador amenazaba con quemar a los carros que no entregaran dinero.

Jorge Yánez, teniente y jefe policial del Distrito San Lorenzo, menciona que, conscientes de los robos y extorsiones en las vías, “la Policía realiza un control constante, desplegando operativos continuos en las carreteras”, tanto de personal de servicio urbano como de unidades investigativas de la policía judicial y de la contingencia fronteriza. “El personal de inteligencia desplegado está levantando información de posibles bandas o personas que cometen ilícitos como robos, asaltos y extorsiones a los choferes de los buses y cargueros de combustibles en las vías”, agrega.

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El uniformado asegura que ya han emitido en conjunto con la Fiscalía boletas de detención de ciudadanos presuntos en este tipo de delitos. Además, destaca Yánez, la institución de seguridad trabaja en la prevención de los delitos en la vía, dando recomendaciones a los choferes de buses y camiones. “A los conductores de los buses, por ejemplo, les indicamos que intenten no recoger personas fuera de las paradas asignadas y para los camiones de víveres, que realicen el viaje en horas del día porque hay más presencia de operativos. Y que denuncien ante la Fiscalía estas amenazas”, destaca.

Para los transportistas, los patrullajes en las carreteras no son suficientes. Reclaman más control y ayuda desde el Gobierno. “Nos sentimos desprotegidos por el Gobierno. A la Policía y a las Fuerzas Armadas se las ve poco en las vías. Hay miedo, porque no hay ni con quien quejarse, porque con la mínima declaración, ya nos amenazan”, concluye García, en representación del gremio.

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