Tres pistas sobre la decisión de Daniel Noboa para repetir el gabinete
El presidente optó por continuidad para reafirmar modelo. Falta de cuadros pudo incidir. Liderazgo de ADN está centralizado
El presidente Daniel Noboa inició su segundo período repitiendo su gabinete ministerial. Con excepción de dos carteras de Estado, la política gubernamental apunta a la continuidad tras el período de transición que culminó el pasado 24 de mayo.
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Un aspecto clave en la decisión del primer mandatario sobre su equipo es que las mismas figuras que estuvieron en el último tramo de la administración anterior permanecen en los sectores considerados estratégicos.
Por ejemplo, el frente de seguridad, uno de los más cuestionados por sus resultados, sigue encabezado por Gian Carlo Loffredo en el Ministerio de Defensa y John Reimberg en el Ministerio del Interior.
El área política continúa bajo la dirección de José De La Gasca, pese a los rumores sobre su salida y posible aspiración a la Fiscalía General. Él mismo respondió a esas especulaciones y, aunque no las descartó, señaló que “no era el momento”.
Asimismo, las relaciones internacionales seguirán a cargo de Gabriela Sommerfeld. La funcionaria fue criticada por la incursión de la Policía en la Embajada de México en Ecuador para capturar al exvicepresidente Jorge Glas, un episodio que desencadenó un conflicto diplomático que aún se dilucida en la Corte Internacional de Justicia.
Otra área clave en la que se mantiene el cambio reciente, tras la salida de Juan Carlos Vega, es la económica. Sariha Moya, designada ministra del ramo tres días después del balotaje, permanecerá en esa cartera.
Noboa ha esbozado algunas líneas sobre su nuevo mandato. Por ejemplo, ha mencionado la inversión pública, un eje vinculado directamente con la ejecución de obras. En ese contexto, Roberto Luque continuará al frente del Ministerio de Movilidad y Obras Públicas.
Otro sector crítico que no sufrió cambios fue el energético. Tras los apagones de noviembre de 2024, Inés Manzano seguirá al frente del Ministerio de Energía y liderará proyectos como el de energía nuclear, anunciado por Noboa el 24 de mayo.
La continuidad como reafirmación del modelo
La consultora política Pamela León Andriuoli explica que la ratificación de funcionarios en áreas claves responde a una reafirmación del modelo político. “La ratificación no implica simple continuidad técnica, sino también una afirmación del modelo político de Noboa, con un equipo que responde a la percepción que buscan impulsar sobre su estilo de gestión tecnocrático, ejecutivo y sin demasiada intermediación partidista”.
Dentro de estas áreas, León Andriuoli identifica análisis diferenciados. En lo económico, advierte que Noboa busca preservar la política macroeconómica sin modificaciones, así como mantener la orientación en las relaciones internacionales.
En el ámbito de seguridad, sostiene que la ratificación de los ministros refleja un respaldo al enfoque de seguridad dura y al régimen de excepción, incluso ante posibles tensiones. Hacer lo contrario podría significar asumir dichas tensiones.
¿Falta de cuadros en ADN?
El círculo de confianza del jefe de Estado y la falta de cuadros disponibles para integrar el gabinete podría ser otro factor detrás de estas decisiones. El analista político Daniel Crespo vincula esta realidad con la crisis de los partidos políticos.
Tradicionalmente, los partidos eran espacios de formación ideológica y política para sus integrantes. Sin embargo, ante la pérdida de legitimidad de estas estructuras, movimientos como ADN recurren a un “reciclaje potente”, a menos que opten por el riesgo de las figuras externas.
La imagen de Noboa
Finalmente, el tercer elemento es la trascendencia real de la ratificación de ministros. El analista político Pedro Donoso argumenta que la figura de los funcionarios no es determinante en sí misma, lo que dificulta un análisis sustantivo sobre su permanencia. “No ha cambiado nada, por lo tanto, ¿qué podemos analizar?”, cuestiona Donoso.
“No es un gobierno en el que los ministros tengan un peso determinante. Este liderazgo es distinto, donde todo está centralizado en el presidente o en la comunicación mediante comunicados”, explica.
Esta vez, Noboa enfrenta un periodo completo. Los resultados ya no serán vistos como los de una etapa de transición, y está en juego su legitimación.
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