
Una terminal a la espera del arribo de inversion
$ 8 millones se requieren para continuar. El Municipio debe cancelar 3,5 millones al constructor anterior.
Venía con inconvenientes desde que se estableció la obra. En 2010 un rubro no fijado hizo que el concurso para la construcción de la terminal terrestre de Milagro sea declarado desierto. Para 2011, el asunto llegó a la Corte. Cuando estos litigios se calmaron y su construcción vio luz en manos de la empresa Etinar, otra situación paralizó la edificación: el cambio de administración municipal y el atraso en la entrega de la obra (2014).
La situación se arregló en el plano judicial el año pasado y al Municipio le tocó cancelar a Etinar su inversión: “3,5 millones de dólares con una cuota inicial del 15 % y el saldo diferido a 36 meses, pagaderos a partir de enero de 2017”, informó el Municipio en noviembre de 2016.
Luego de ello, y lejos de que la construcción se reanude, lo que existe en el predio, en la vía Milagro - Virgen de Fátima, es un edificio abandonado. La maleza continúa arropando las paredes grises y los fierros oxidados en una obra cuyos planos fueron prestados para que en Santa Elena se levante uno similar, el cual se construyó y funciona desde noviembre de 2013.
Javier Cadena, director del Departamento financiero del GAD Municipal, informó a EXPRESO que los trabajos no se retomaron por falta de financiamiento. Se necesitan cerca de ocho millones de dólares para continuar. “Estamos haciendo las gestiones con el Banco del Estado, también con la banca privada, con el banco del Pacífico, para buscar fuentes de financiamiento para la terminación de esta terminal”.
Además, se han reunido con gente del Ministerio de Relaciones Exteriores para buscar inversionistas que deseen concluir la obra y que recuperen su inversión en un plazo determinado de años, aseguró Cadena.
De acuerdo con el funcionario, la edificación que existe al momento es de propiedad del Municipio, pues se llegó al acuerdo de cancelarle al constructor su inversión inicial por el 53 % del avance de la obra. Pero, acotó, la misma incrementó su costo. “En el contrato original no se consideraron las vías de acceso, que deben ser de concreto por el tipo de vehículos que transitarán, ni el sistema de climatización, que rodea el millón de dólares”.
Dijo además, que el Municipio no puede asumir ese costo con recursos propios ya que del Gobierno central reciben 16 millones de dólares anuales. Es decir, se utilizaría la mitad de ese ingreso en esta obra, y se dejaría de atender otras necesidades.
Con esos ocho millones que faltan, la terminal terrestre terminaría costándole a la ciudad más de once millones de dólares, casi el doble de su valor inicial: $ 6’078.830.
Con el primer contrato no había beneficio para la ciudad, ya que se hacía por concesión, asegura Cadena. “El valor anual que recibiría el Municipio era de 250.000 dólares, menos que lo que ingresa por la terminal actual, que nos genera 300.000 dólares al año”.
Por ello, al querer el Municipio llegar a un acuerdo con la constructora inicial para que continúe con la obra, pero cambiando los términos del contrato, no se llegó a tal.
Servicio
La actual terminal será una bahía
La actual terminal recibe buses de 16 cooperativas de transporte intercantonal e interprovincial. Unos 8.400 usuarios se movilizan a diario en esta estación de paso, cuyas vías están deterioradas, y que en invierno se llena de agua y lodo. Allí también funciona una bahía de comercio popular que será mejorada el próximo año.
La obra gris envuelta en maleza
La maleza y el óxido se han apoderado de la estructura que se levantó en ese predio, junto donde funciona la Comisión de Tránsito del Ecuador. Los planos de este diseño fueron utilizados en Santa Elena.