Siguen violando a ninas

17.448 niñas menores de catorce años parieron en Ecuador entre 2009 y 2016, la gran mayoría víctimas de violación, pero no registradas como tal, lo que les impide acceder a atención, reparación y justicia. Su ocultamiento opera en todas las instancias del Estado y la sociedad”. Así empieza un artículo publicado en Wambra.ec en el mes de marzo del presente año, que se titula: Las niñas invisibles en el Ecuador.

En algunos ámbitos, medios de prensa incluidos, se oye que este tema de la violación y abuso a las niñas, jóvenes y mujeres en general, es un algo superado o que ya ha avanzado lo suficiente como para seguir tratándolo.

Las cifras son alarmantes. ¿En qué seguimos fallando?

Hemos reformado leyes, hemos creado organismos públicos y, antes de que estos existieran, hemos contado con organizaciones no gubernamentales que nos ayudaron. Sin embargo, son casi 2.181 niñas menores de catorce años que van a los centros de salud en ayuda por su embarazo.

Según el artículo citado “El sistema de salud no las está tratando como víctimas de violencia de género, ya que esa no fue la causa de su consulta. Estas niñas son registradas como madres y reciben la misma atención que las más de 280.633 mujeres adultas que dan a luz cada año en Ecuador. El único rastro de ellas que tiene el Estado está en las estadísticas de madres que parieron hijos vivos. Aquí no figuran las que parieron hijos muertos, o las que murieron al parir, que suman varios números más”.

Por mi parte, puedo atestiguar que en varios casos existe un desconocimiento vergonzoso de funcionarios de la justicia ordinaria y de la Fiscalía. Poco pueden diferenciar entre abuso, maltrato o violación; tampoco contamos con un Código Orgánico Penal que colabore eficientemente por el derecho a una vida sin violencia de niñas y jóvenes. Entonces, sumando estos elementos, las violaciones siguen perpetrándose en la doble moral social y en el mismo lecho infame que abriga la impunidad del violador.