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Los controles se intensificaron en siete parroquias de Quito.
Los controles se intensificaron en siete parroquias de Quito.cortesía

El sector productivo celebra la eliminación del estado de excepción

La campaña 'Yo me cuido' es impulsada por el gobierno. Los empresarios esperan una reactivación económica

La postura oficial se acerca a los enunciados más radicales del naturalismo. De la supervivencia del más fuerte o, en este caso, del que pueda protegerse por su cuenta. Desde el 13 de septiembre, los ecuatorianos tendrán que cuidarse solos del contagio del coronavirus. El Gobierno, tal como lo anunció ayer en rueda de prensa, da un paso al costado y retira las restricciones de movilidad. En términos de las autoridades nacionales: “el ciudadano es su propio policía”.

El 12 de septiembre será el último día de vigencia del Estado de Excepción por decisión de la Corte Constitucional. Después de ese día el Gobierno de Lenín Moreno no podrá limitar la movilidad humana ni podrá imponer toques de queda o restricciones a derechos como el de la libre asociación.

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En otras palabras, que fueron defendidas por la secretaria de Comunicación de la Presidencia, Caridad Vela, el ecuatoriano puede volver a organizar fiestas y jugar fútbol en las canchas de su barrio.

¿El 13 de septiembre termina la pandemia de COVID-19? No. Solo que ahora el ciudadano tiene que protegerse por su cuenta porque no habrá un operativo de control de la Policía Nacional o de las Fuerzas Armadas. Es una responsabilidad personal.

Juan Carlos Zevallos, ministro de Salud, fue parte del anuncio de ayer. Aseguró que los números dan cuenta de reducción de contagios -excepto en Guayas y en Azuay- y afirmó que Ecuador tiene una de las tasas de mortalidad más bajas de la región. En sus cifras, que fueron cuestionadas desde el inicio de la emergencia sanitaria, el país puede retomar su ritmo de vida.

Durante su discurso, interrumpido por videos promocionales y la presentación de una campaña de comunicación denominada Yo me cuido, el ministro advirtió que la enfermedad sigue siendo un peligro, solo que ahora ya no se limitará nada o casi nada.

Zevallos reiteró que Pichincha tiene un exceso de mortalidad, pero aún así el indicador es siete veces más bajo de lo que tuvo Guayas al inicio de la pandemia. Otro motivo más para eliminar las restricciones.

Juan Zapata, titular del ECU- 911, resaltó que no habrá semáforos de movilidad aunque el Comité de Operaciones de Emergencia Nacional (COE) seguirá trabajando de forma limitada. El funcionario señaló que se coordinará con la Asociación de Municipalidades Ecuatorianas (AME) para tratar competencias como el uso del espacio público y la movilidad vehicular. Esas son decisiones que deberán tomar los gobiernos locales.

La noticia cayó de buena forma entre los sectores productivos que denunciaron pérdidas nacionales superiores a los 13.000 millones de dólares, durante la emergencia sanitaria.

Silverio Durán, presidente de la Cámara de la Construcción, considera que las medidas adoptadas son positivas siempre que estén acompañadas de un estudio técnico y de un análisis del comportamiento ciudadano. Desafortunadamente, dijo, en este caso se evidencia una reacción más política que técnica.

Lo político en nuestro país es de miedo, más aún en tiempo de elecciones”, puntualizó.

Más allá de las motivaciones, el sector comercial ve la noticia del fin del Estado de Excepción con entusiasmo. Todos coinciden es que es una oportunidad para ir a una nueva normalidad que reactive la economía nacional.

María Fernanda León, presidenta de la Asociación Ecuatoriana de Empresas de Productos Cosméticos, de Higiene y Absorbentes (Procosméticos), cree que la pelota del control y la bioseguridad está en la cancha de la población. Para ella es necesario crear una cultura de autocuidado, esa será una responsabilidad del ciudadano, del empresario y de la sociedad en general.

Felipe Ribadeneira, presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores, va en la misma línea. Él asegura que desechar las restricciones de toque de queda y de asociación es una de las vías que se requiere para reactivar a la economía.

Claro que, agrega, el empresario, la responsabilidad y el cuidado va más allá de los controles policiales. No se puede esperar que las autoridades estén detrás de cada actividad cotidiana.

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La Asociación de Representantes de Líneas Aéreas en el Ecuador (Arlae) también se unió a las buenas calificaciones de la decisión gubernamental. Su titular, Marco Subía, destacó que se necesita de responsabilidad ciudadana para no incrementar los contagios y ayudar a la reactivación de sectores como el turismo. “Todo lo que implique eliminar restricción responsablemente es positivo”.

Los empresarios coinciden, sin embargo, en que también hay una parte de las autoridades que deberán seguir trabajando. Los municipios y otros gobiernos autónomos y descentralizados deberán controlar la utilización de mascarillas en todo espacio público.

En Quito, como caso de mayores contagios, el uso inadecuado de cubrebocas conlleva a una multa de 100 dólares. Si es reincidente el ciudadano deberá pagar 200 dólares.