Segundo Viera, despachador y digitador del consorcio de transporte Mejía-Brito, conoce todo lo que ocurre con los buses que dan servicio desde Machachi, capital del cantón Mejía, hasta Quito.

Es él quien describe cómo esa ruta se ha convertido en la pesadilla de los transportistas de esta y otras cooperativas: los robos a usuarios y a los mismos conductores se han vuelto frecuentes. “El problema comienza en el sector de Cutuglagua y se extiende a otros puntos a lo largo de nuestros recorridos”, precisa Viera.

Y no miente. Justamente este 10 de abril de 2024 se produjo un atraco en ese punto que limita con Quito. Cinco sujetos con cuchillos y armas de fuego irrumpieron en una unidad interprovincial. Cerca de 30 personas fueron despojadas de sus pertenencias y cuando se pidió ayuda a la Policía ya no se pudo localizar a los delincuentes.

Galo Pilicita, conductor de la cooperativa Carlos Brito de Machachi, explica que muchas de las veces los choferes no pueden defender a los usuarios de los criminales que suben en grupos. “Hemos denunciado, pero no se hace caso. Se hacen operativos policiales y con su presencia, los delincuentes desaparecen por un tiempo, pero cuando los agentes se van, vuelven”.

¿Cómo operan? Pilicita dice que se hacen pasar como pasajeros. Viera cuenta que hay un factor adicional: en la mayoría de estos grupos las mujeres cumplen un rol. “Hay mujeres embarazadas que se suben y son las ‘campaneras’. También abordan los buses con niños en brazos”.

En el robo del miércoles, entre los cinco rateros estaban dos mujeres, quienes fueron las primeras en subirse al bus atracado en Cutuglagua. Pocos metros más adelante se embarcaron los tres hombres y comenzó el robo. “Estamos coordinando con los compañeros de Mejía para que se hagan operativos e intentar evitar estos sucesos”, manifiesta Jorge Rodríguez, comandante del Distrito Quitumbe y cuyos agentes tomaron procedimiento en este último asalto.

Pero Cutuglagua no es el único punto donde los ladrones se hacen pasar como usuarios. Pilicita detalla sitios como Caupicho, Guamaní y Nueva Aurora.

OTRO PUNTO, LA ALÓAG-SANTO DOMINGO

Darío Ramírez, policía de Mejía, explica que ellos sí realizan diferentes operativos a lo largo de la vía, tanto hacia Quito como hacia Cotopaxi. “Sí hemos tenido denuncias de vehículos sospechosos que circulan por estos sectores”. Por eso se hace control a los vehículos y se revisan los documentos de conducir. Admite que existen otros sitios sensibles, como en la vía Alóag-Santo Domingo de los Tsáchilas.

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