Era el viernes 21 de mayo de 2010. El entonces secretario de Planificación, René Ramírez Gallegos, envió un oficio al ministro de Energía, Miguel Calahorrano. Con la carta daba luz verde y pedía acelerar el proyecto Coca Codo Sinclair, que llevaba un año estancado por la falta de financiamiento.

Ramírez indicaba que era un proyecto prioritario, que contribuiría al desarrollo económico del país, al buen vivir, garantizaba los derechos de la naturaleza y su conservación.

De forma coordinada, Ramírez, Patricio Rivera, ministro de Finanzas; Fernando Soria, subsecretario de Presupuestos; Jorge Glas, ministro coordinador de los Sectores Estratégicos, planificaban una reunión urgente con el Comité de Deuda para el 27 de mayo de 2010. El objetivo: aprobar el financiamiento y cronograma de inversión. Para entonces se había calculado que la hidroeléctrica costaría 2.616’921.951 dólares, cuyos recursos provendrían del Exim Bank, de China.

Mientras en el país se pisaba el acelerador, en Panamá, Conto Patiño, amigo del entonces vicepresidente Lenín Moreno, abría una cuenta en el Banco Pichincha a nombre de Recorsa.

El hoy procesado por presunto cohecho informó a los ejecutivos bancarios que su cuenta recibiría montos por sobre los 1,5 millones de dólares y que provendrían de “honorarios por servicios de consultoría, proyecto Coca Codo Sinclair”.

Explicó que en su cuenta ingresarían aproximadamente 80 millones en cinco años, que corresponden al 4 % del contrato de Sinohydro con el gobierno.

Como evidencia, entregó un acuerdo de servicio de consultoría firmado el 27 de noviembre de 2007 entre Sinohydro y Recorsa. Llama la atención que este acuerdo fue un año antes de la convocatoria internacional del Gobierno ecuatoriano para licitar esa megaobra. En ese documento también se menciona que Recorsa representaba a Sinohydro en el proyecto hidroeléctrico Sopladora, que se financió con otro préstamo de China.

En las comunicaciones entre los funcionarios del Gobierno no consta ningún rubro por representación. De hecho, el 24 de marzo de 2012, el entonces ministro de Electricidad, Esteban Albornoz, recibió un oficio de Sinohydro, en donde desglosa los montos del proyecto.

Se detallan los valores por la construcción, por la ingeniería, la fiscalización, la gestión ambiental, la indemnización por terrenos expropiados, los pagos por relaciones comunitarias, por supervisión, por gastos preoperativos, gastos financieros y los intereses por el préstamo chino. En ninguna parte del proyecto se menciona la representación de Recorsa. Este Diario pidió una versión al abogado de Patiño, pero no respondió.

En Panamá, en cambio, montos por 500.000 dólares, 3,5 millones de dólares, 100.000, etc., ingresaban y salían de la cuenta bancaria desde 2010 hasta 2017.

El 4 de diciembre de 2017, Conto Patiño decidió cerrar la cuenta. De los 75,5 millones de dólares que recibió quedó un saldo de 7.167,86 dólares. Para ese entonces, Lenín Moreno llevaba siete meses como presidente de la República.

• Balance. Hasta el 31 de diciembre de 2016, Recorsa presentó un balance de sus operaciones financieras. En los documentos se indica que para ese entonces tenía que cancelar 63,7 millones a otras compañías aparentemente vinculadas. Reportó que su patrimonio era de 12,1 millones de dólares.

• SRI. El Servicio de Rentas Internas determinó que Recorsa recibió pagos de la casa matriz de Sinohydro, pero no justificó las labores de asesoría con actas de reuniones, informes o memorandos. Recorsa tampoco justificó con roles de pago o tiques aéreos el pago a los empleados de Recorsa.