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La realización de pruebas sigue siendo una de las herramientas para contener al coronavirus, y también para reunirse abiertamente con la gente.referencial

Pruebas de Covid-19, un nuevo 'boleto' para asistir a bodas y cumpleaños

En algunos eventos privados en Guayaquil y cantones vecinos empiezan a pedir a sus invitados hacerse un test para poder disfrutar con más seguridad

Si bien esta pandemia ha cambiado la vida de todos de una u otra manera, también es cierto que no todos los seres humanos hemos reaccionado igual, por ejemplo, ante los riesgos de contagio del coronavirus. Mientras algunos nos cuidamos incluso hasta el exceso, hay muchos otros que bajan la guardia en el autocuidado, especialmente ante una fiesta o cualquier evento de carácter social.

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¿Iré o no al cumpleaños número 50 de Carlitos? ¿Habrá pocas personas y distanciamiento entre unos y otros? ¿Aparte del alcohol etílico habrá alcohol metílico para la desinfección de las manos? Son algunas preguntas que deberías hacerte antes de aceptar ser parte de una farra, aunque suenes un tanto hipocondríaco. Nunca está demás ser precavido. Y menos ahora que delta, una variante más contagiosa del virus, amenaza a los ecuatorianos.

Si crees que las 21.850 muertes y 471.757 contagiados -que según cifras oficiales deja hasta el 14 de julio la pandemia en Ecuador-, no es suficiente para tomar prevenciones, entonces puede que hayas sido parte o veas con buenos ojos las miles de reuniones clandestinas detectados por las autoridades, donde el incumplimiento de los protocolos de bioseguridad han sido el invitado especial.

Pero como ocurre nuevamente en la viña del Señor, no todos los que organizan y participan en fiestas privadas son desaprensivos o poco precavidos con su salud y la de los demás. En las últimas semanas, algunas celebraciones, especialmente de matrimonios en Guayaquil y Samborondón, los invitados reciben todo un kit de salud (frasquitos de alcohol, mascarillas, toallitas húmedas) al ingresar al festejo; y en algunos casos, el asunto de la prevención es más radical.

Hay fiestas que organizan previamente una especie de 'tour de pruebas de Covid-19' para todos sus invitados, como un requisito para que estos puedan asistir a dichos compromisos en un ambiente de absoluta tranquilidad seguridad sanitaria.

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Un grupo de jóvenes disfrutando de una fiesta en Guayaquil. La mayoría de ellos se hizo pruebas covid previamente.cortesía

"No me pareció poco delicado o grosero que me manden a hacer la prueba (de Covid), más bien lo vi como algo con sentido común", dijo a EXPRESO Sandra Delgado, una ingeniera comercial guayaquileña quien asistió el 3 de julio a un matrimonio en una urbanización de Samborondón. "Además no era la primera fiesta que conozco donde (los anfitriones) han hecho este requerimiento".

No es que a estas reuniones la gente deba acudir con el certificado de haberse hecho la prueba bajo el brazo. El pedido de los anfitriones conlleva un proceso donde los invitados son guiados para que no tengan que hacer mayores trámites ni su derecho a la intimidad sea vulnerado.

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En el caso de la fiesta a la que acudió Delgado con su esposo e hijos, ellos supieron de la prueba al recibir la carta de invitación a la boda. En ella, los novios les piden en forma comedida y respetuosa que por las circunstancias sanitarias que estamos viviendo se acerquen a un laboratorio 'equis' a realizarse la prueba PCR o la de antígenos.

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Los invitados a la celebración de un matrimonio recibieron este pedido, que iba incluido en el parte de las invitacionescortesía

Entre la recepción de la invitación hasta el día en que se celebra el compromiso, los invitados tuvieron el tiempo necesario para acudir al laboratorio. Allí, los usuarios debieron pagar solo una parte del costo de la prueba, pues los anfitriones asumieron el resto.

Un asunto confidencial

Aquí viene quizás lo más delicado del asunto: los resultados. ¿Cómo manejar una cuestión privada, confidencial...?

"Del laboratorio nos hacían firmar un documento en el cual nosotros autorizábamos a que los resultados le lleguen también a la novia, vía correo electrónico, para que solo ella tenga una información que es reservada", explicó la ingeniera Delgado.

"No conozco que alguien de los invitados no haya ido por la exigencia de la prueba, todos disfrutamos con mas seguridad de la reunión".Sandra Delgado, usuaria

Ya en la fiesta, la invitada, como el resto de los 90 convidados al evento, no tuvieron que presentar ningún documento médico para poder ingresar.

Por su parte, el laboratorio San Luis, que dio el servicio para los invitados de ese matrimonio, dijo a este Diario, que era la primera vez que alguien se les acercaba para contratar la masiva toma de pruebas para los invitados a una fiesta y que la experiencia resultó exitosa, al punto de que otras personas han comenzado a interesarse en esta iniciativa. Mercedes Chasi, representante del establecimiento, ubicado en la Av. León Febres Cordero (La Aurora-Daule), contó que luego de que los novios acordaron con ellos un precio más accesible ante el volumen de personas, se pusieron manos a la obra.

"Una manera de asegurarse de que los invitados no tenían Covid era con dos pruebas: o bien la PCR, que hoy en día tiene bastante aceptación en todos los países; o la prueba de antígenos cuyo resultado sale en media hora o una hora máximo, es más rápida", explicó.

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Luego Chasi confirmó que los resultados de quienes se hicieron los test los enviaron vía on line a los novios para que no haya lugar a que se filtre o se altere la información que ellos querían tener de sus convidados. 

Manejable con pocos invitados

Chasi considera que el hecho de que las reuniones sean hoy con menos invitados, también ayuda a que todos se hagan las pruebas y en un tiempo corto. No se imagina, por ejemplo una boda con 200 o más convidados -como era costumbre antes de la pandemia-, por el costo que representaría y el tiempo que se necesitaría para atender a todos.