Acción. Mujeres ondean sus banderas en la concentración de ayer en los exteriores del Consejo Nacional Electoral. Ellas son parte de la acción que pide transparencia en los resultados.

La protesta sigue viva ante el CNE de Quito

En su mayoría son simpatizantes de Guillermo Lasso y Andrés Páez, de la alianza CREO-SUMA. Iniciaron su manifestación pacífica, la noche del domingo, tras la difusión de los resultados oficiales. Están allí, dicen, para defender sus votos.

Son cientos de personas y su meta es permanecer en los exteriores del Consejo Nacional Electoral (CNE), en Quito. Mujeres, hombres, empleados privados, estudiantes, activistas y personas de la tercera edad protestan por un supuesto fraude en las elecciones del domingo.

En su mayoría son simpatizantes de Guillermo Lasso y Andrés Páez, de la alianza CREO-SUMA. Iniciaron su manifestación pacífica, la noche del domingo, tras la difusión de los resultados oficiales. Están allí, dicen, para defender sus votos.

Un empresario de Carcelén, en el norte de Quito, acudió con unos 30 trabajadores. Fue a respaldar la protesta, pero prefirió no revelar su nombre. “Tengo miedo”, dijo a EXPRESO. El domingo estuvo en los exteriores del CNE, en la avenida 6 de Diciembre, hasta las 23:00. Ayer llegó cerca de las 11:00. Él dirigía a su grupo que hacía sonar trozos rectangulares de metal con palos.

El emprendedor, dedicado a elaborar alimentos balanceados para el sector infantil, fue a exigir “respeto al voto expresado en las urnas”.

En otro sector, sentada con su espalda pegada a las vallas policiales, estaba Fanny Campos, excoordinadora de Pachakutik y actual delegada de Compromiso Ecuador. Lucía cansada. Había pasado toda la noche en vigilia, dijo.

Campos vestía de luto riguroso y aretes largos con colores del arcoíris. “Nos hemos quedado en vigilia para exigir que se respete la decisión que los ecuatorianos tomamos en las urnas”, contó a este Diario.

Como el empresario y Campos, la jubilada Ruth Correa explicó que solo pide “que nos den lo que es legal”.

En el transcurso de la mañana, muchos hicieron sonar vuvuzelas, pitos y otros objetos. No faltaron las consignas: “Paro nacional”, “Lasso presidente”, “libertad”, gritaban.

Hubo también quienes llegaron con carteles en los que se leía “por un país libre y democrático” o “nosotros no somos Venezuela”.

En muchos rostros había decepción que se desvaneció cuando, pasadas las 10:00, llegó Andrés Páez, el candidato vicepresidencial.

Él les habló de la impugnación de resultados en las 24 provincias, les contó las pruebas del supuesto fraude y del reconteo de votos. Todos se emocionaron y aplaudieron. En esas posibilidades están centradas las esperanzas de CREO para revertir lo anunciado el domingo por el CNE, que dio como ganador de las elecciones a Lenín Moreno, candidato de Alianza PAIS.

Páez explicó las razones de su sospecha. No puede ser, dijo, que el CNE diga que han votado casi 14 millones de personas cuando empadronados existen 12,6 millones.

Según él, el promedio de ausentismo alcanza a dos millones, por lo que en elecciones se cuentan nueve millones de votantes, pero el Consejo tiene 13 millones. Su tesis es que “en las computadoras del CNE se inyectaron casi 1’800.000 votos a los cuales hay que bajar el 6 % de votos nulos”.

Aseguró que esa afirmación estaba respaldada en una publicación de la página digital del organismo electoral.

Los manifestantes reaccionaron con molestia y empezaron a gritar ‘fraude’. Y les motivó a reclamar la presencia de empresarios, trabajadores, indígenas, dirigentes políticos. ¿Dónde están los alcaldes de Quito y Guayaquil?, gritaron.

Por parte de los trabajadores, agrupados en el Frente Popular, respondió Nelson Erazo. Ellos, dijo, acompañarán la protesta afuera del CNE.

El domingo, él y otros dirigentes permanecieron casi hasta la medianoche. El gremio, además, está tratando de propiciar una reunión del Colectivo de Organizaciones para impulsar la lucha contra el fraude.

Por la tarde, la llegada de manifestantes se incrementó. Tenían una motivación extra: para las 16:00 se anunció la llegada del líder del movimiento CREO, Guillermo Lasso quien arribó a las 18:00.

La protesta ciudadana se da, sin embargo, bajo estricto control. Detrás del cerco reforzado con vallas metálicas cientos de policías y uniformados antimotines permanecían vigilantes. Cerca de ellos un vehículo antimotines listo. También hubo refuerzo militar. A los asignados a custodiar el interior del Consejo se sumaron miembros de Fuerzas Especiales del Ejército que llegaron en dos camiones.