La destitución de Alembert Vera a manos de la Corte Constitucional deja al Consejo de Participación y Control Social (CPCCS) con un escenario reconfigurado, pero aún sin avizorar una mayoría equiparable a la que conformaron los consejeros de la ‘Liga Azul’.

El remezón que sufrió la entidad, según analiza María Fernanda Rivadeneira, exvicepresidenta del CPCCS, equiparó las fuerzas políticas que confluyen en el pleno de la institución. Sin embargo, precisa que el panorama de mayorías y minorías en este nuevo escenario es más complicado avizorar.

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“Al menos la ciudadanía identificaba más fácilmente a los de la ‘Liga Azul’. Ellos no han tenido ningún tapujo en mostrar su afinidad por un partido político (la Revolución Ciudadana)”, dice y sostiene que el análisis se complica con el resto de consejeros de Participación Ciudadana.

Según continúa, “como tratan de disfrazar su afinidad política o que no responden a partidos políticos (al resto de consejeros) se les complica justificar sus votaciones o acciones en el pleno del CPCCS”, revelando que cada uno de ellos tiene intereses particulares.

Por ello, según señala Mauricio Alarcón, jurista y director de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, “no se puede decir que la institución queda en manos de la oposición o de otra fuerza política. Los problemas no se solucionan con la entrada o salida de una persona”.

Aunque coincide con que existe una reconfiguración de fuerzas políticas, no cree que exista un equilibrio en la institución. “Mientras las atribuciones del CPCCS estén enfocadas en los concursos de designación de autoridades serán los intereses los que manden”, dice.

Esto, sumado a que no existe una hoja de ruta clara de hacia dónde va la institución por parte de la nueva presidenta del CPCCS, Nicole Bonifaz, genera el espacio propicio para que existan mayorías móviles que se conformen en función de intereses comunes, señala la exvicepresidenta Rivadeneira.

“Según mi experiencia, en la que también tuve compañeros que respondían a partidos políticos, habrá consejeros que se pondrán de acuerdo en ciertos procesos y tendrían mayorías momentáneas, siempre en función de los intereses de las organizaciones a las que representan en la institución”, señala.

Un primer signo de esto, según señala Alarcón, se podrá ver en si el pleno respeta la sucesión de Nicole Bonifaz como la nueva presidenta de la institución. “Cualquier decisión por fuera de lo que establece la norma será política y responderá a intereses particulares. Es decir, más de lo mismo”, sostiene.

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Además, hace hincapié en que los reiterados problemas que tiene el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) solo ratifican que la institución tiene problemas de fondo: mismos que no se solucionarán con la entra o salida de consejeros, ni la renovación total del pleno de la entidad.

“Tenemos políticos disfrazados de ciudadanos en la institución”, resalta Rivadeneira y destaca que, mientras quienes aspiren a integrar la institución sean respaldados por organizaciones políticas, el CPCCS seguirá captado por intereses particulares, alejados de los resultados que espera la ciudadanía.

• La ‘pieza’ clave del pleno

Aunque por sí solos los consejeros de la ‘Liga Azul’ no tenían la capacidad de conformar una mayoría, la cercanía de la consejera Johanna Verdezoto viabilizó que esta se pueda cristalizar en el pleno.

Verdezoto no tiene una afinidad partidista clara, sin embargo, su cercanía con los de la ‘Liga Azul’ permitiría avizorar que aún podría coincidir con ellos en las decisiones que tome la institución.

Esto a pesar de que en los últimos días de Vera como presidente del CPCCS, ella se mostró contraria a la continuación de la veeduría ciudadana que revise los actos del Consejo de Participación transitorio.

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