Policía- investigación- técnicas
Guayaquil. El 9 de septiembre, la Policía Antinarcóticos decomisó más de 300 kg de droga. No hubo detenidos.Cortesía

Una Policía con técnicas blandas enfrenta al crimen

Los agentes investigadores no usan técnicas modernas de investigación, como operaciones encubiertas. Para el Gobierno, el avance está en extradición

Como agente de policía encubierto, Andrés llevaba una cámara espía en la chaqueta. Usaba un nombre falso y se hacía pasar por un consumidor de droga.

Cada noche, durante tres meses, deambuló por peligrosas calles de Duitama, una ciudad colombiana de 120.000 habitantes. Allí operaba el cártel de Los Patrones, una organización delictiva que distribuía cocaína a través de taxis.

Durante dos años, la policía colombiana había intentado acabar con la banda, pero los allanamientos y detenciones eran insuficientes. Las cabezas seguían intocables en Boyacá.

Fue en ese momento que el subintendente Juan David Avella ingresó al caso como un agente encubierto. Con su cámara secreta grabó los rostros de los expendedores, conoció sus guaridas, formas de distribución y mecanismos para lavar el dinero de las drogas. En 2018 la organización criminal fue desarticulada.

Para la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, las operaciones encubiertas son “técnicas de investigación para combatir de forma eficaz el crimen organizado y sus ganancias”.

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Colombia, México, Bolivia y Brasil son algunos de los países cercanos que aplican estas herramientas de investigación.

Ecuador, en cambio, no tiene agentes encubiertos, como lo reconoce un informante de la cúpula policial que habló con EXPRESO sobre esta situación. Pese a que el Código Integral Penal (art. 483) introdujo esta figura en el 2014, en la práctica no existen reglamentos o manuales y por lo tanto la Policía ecuatoriana, afirma, lucha contra el crimen con las mismas herramientas de hace 10 años. Es decir, con seguimientos, vigilancias, informantes e interceptaciones telefónicas.

A los investigadores tampoco se les permite realizar compras ficticias de droga o pedidos controlados, que son formas avanzadas de investigación. “Es necesario que la policía ya se divida en varias policías independientes como el FBI o la DEA, ya que si se sigue dependiendo de la Policía Nacional no se tendrá éxito a la hora de innovar”, señala el general, que omite su nombre.

Para el Gobierno de Guillermo Lasso ese cambio en la investigación criminal viene de la mano con la consulta popular. Con la segunda pregunta busca respaldo para reformar la Constitución y que se permita la extradición de ecuatorianos vinculados al crimen organizado.

Sin embargo, las preguntas son cómo serán atrapados estos cabecillas y con qué herramientas se conseguirán pruebas que lleven a su condena.

El Gobierno muestra con orgullo la cantidad de droga incautada. Ecuador es el tercer país con mayor volumen de incautaciones de estupefacientes, solo por detrás de Colombia y Estados Unidos. Con esa vara mide su efectividad en la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, la realidad es que por ejemplo detrás de la aprehensión de tres o cinco toneladas de droga en contenedores, en muchos casos no hay detenidos, o los que son atrapados son mandos bajos: guardias, conductores o encargados de la logística, que son fácilmente reemplazados. Los cabecillas siguen intocables. Desde el arresto de alias Gerald en 2017, pasaron cinco años para que sea atrapado Leandro Norero, identificado por la Policía como el responsable del envío de toneladas de cocaína en contenedores.

“El crimen organizado va en Lamborghini y el Gobierno va en carreta”, comparó Daniel Pontón, experto en seguridad.

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El Ministerio del Interior, desde que se separó de la cartera de Gobierno, no tiene un presupuesto fijo, y el de la Policía se ha ido incrementando según las olas de violencia, especialmente vividas en la Costa. La Policía ya ha recibido al menos $ 12 millones de la asignación de 2023 para comprar equipos y pagar sueldos de los policías en Guayaquil. En la práctica, corrobora el general, los uniformados no cuentan con chalecos nuevos, teléfonos satelitales, ni cámaras térmicas o de video a larga distancia. Tampoco tienen balas para realizar prácticas de tiro y muchos ponen de su dinero para la gasolina de los vehículos. Así hoy se combate el crimen.

Equipamiento

La Policía ha comprado este año 80 vehículos para Guayaquil. Tiene previsto adquirir más motos y chalecos antibalas. Además de componentes tecnológicos para fortalecer su acción antidelincuencial.

Cooperación

La Policía tiene un plan 2023 para modernizar la entidad. Pero se necesitan recursos para incrementar el número de agentes y mejorar las capacidades frente a los nuevos delitos tecnológicos.

Personal

Israel y Estados Unidos son las naciones que más cooperan con la Policía. Ambos ayudan con equipos, armas y vehículos blindados. EE. UU. presta también su avión radar, Orión P3.