Esperemos a Jesús con alegría. Él llega con humildad, preparemos su venida, que nos traerá gozo y paz. Brindémosle un lugar en nuestra casa y muy especialmente en el corazón.

El pesebre es lo tradicional, representando a José y María juntos, formando un humilde hogar.

Navidad es la época que despierta sentimientos hermosos del ser humano. Esta fiesta significa que Jesús ya esta muy cerca, que viene a vivir en nuestro corazón.

Nos anuncia su llegada en absoluta pobreza. Ojalá lo cobijemos y seamos como ovejas, dóciles y muy humildes, para conocer así su corazón de pastor.

No permitamos nunca que con nuestras actitudes se oscurezca la belleza de la sublime Creación. Evitemos el pecado demostrando al Niño Dios las gracias y admiración por la belleza profunda que tuvo su Encarnación.

Recordemos siempre que el Niño Jesús nació como humilde en un pesebre, creció como pobre en un taller, murió como reo en una cruz y se quedó como pan en la Eucaristía.

Su Cuerpo y su Sangre debemos recibir porque son alimento para al Cielo ir.

Feliz Navidad les deseo a todos.

Martha Reclat de Ortiz