
Diddy en la mira: muestran videos de sus 'freak-off parties' en pleno juicio
Videos de las llamadas “freak-off parties” fueron mostrados en el juicio a Diddy, dejando una fuerte impresión en el jurado
La fiscalía ha presentado como prueba aproximadamente siete videos explícitos y material fotográfico grabado entre 2012 y 2014 durante las llamadas 'freak‑off' parties organizadas por Sean 'Diddy' Combs, que habrían involucrado drogas, relaciones con trabajadores sexuales masculinos y grabaciones sin consentimiento. Según testimonios, los miembros del jurado, especialmente mujeres negras, evidenciaron con gestos de horror lo que veían, reflejando la gravedad de las acusaciones.
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El juicio avanza en su sexta semana. Testimonios clave de las mujeres afectadas, como Cassie Ventura, relatan abuso emocional y físico, junto con chantajes con el material grabado. La defensa insiste en que todo fue consensuado, y que Diddy podría no llegar a declarar, reservando su estrategia a una presentación breve de testigos.
Además, se desechó a uno de los únicos dos jurados varones negros por supuestos errores sobre su residencia el panel lo consideró un cambio táctico racialmente cuestionable, aunque fue sustituido por un hombre blanco, lo que añade tensión al proceso.
¿Y ahora qué sigue?
El juez Arun Subramanian anunció que la fiscalía podría terminar su exposición en los próximos días y que la defensa iniciará con un caso breve, posiblemente sin el testimonio de Diddy. Se espera que el jurado comience deliberaciones la próxima semana. El veredicto podría inclinarse sobre si el jurado considera que hubo coerción, drogas o chantaje, factores clave en definir si estos actos encajan en la tipificación legal de tráfico sexual.
Además de los videos, la fiscalía ha presentado testimonios que detallan cómo funcionaban las fiestas y quiénes participaban. Algunas de las presuntas víctimas han declarado que eran llevadas a estos eventos bajo promesas laborales o artísticas, pero terminaban siendo grabadas sin su consentimiento en situaciones comprometedoras. En ciertos casos, se menciona que estas grabaciones eran utilizadas por Diddy como forma de control o chantaje emocional. La defensa, por su parte, ha intentado desacreditar estos relatos argumentando que las reuniones eran consensuadas y que las denunciantes buscan atención mediática o compensaciones económicas.
La exhibición de los videos también ha generado un debate mediático y legal sobre la privacidad, el consentimiento y el poder. Mientras en la corte se analiza si estas fiestas fueron parte de un esquema de explotación sexual, fuera de ella muchos cuestionan el rol que la industria del entretenimiento jugó durante años al normalizar ciertos comportamientos. Diddy, una figura clave del hip hop y la producción musical en EE. UU., enfrenta no solo un juicio legal, sino también un juicio social en el que se reexamina su legado y su relación con el poder, el dinero y el abuso.
La exhibición de estos videos tan explícitos marca un punto de inflexión en el juicio contra Diddy. Si bien la defensa busca minimizar su importancia argumentando consentimiento, el impacto emocional en el jurado sugiere lo contrario. Ahora, la orientación del caso dependerá de cómo interpreten la evidencia y los testimonios: si las fiestas fueron voluntarias o parte de un esquema coercitivo. El cierre de la fiscalía y lo que presente la defensa podrían definir el destino legal de Combs.
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