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Cientos de personas fueron registradas este sábado, frente al domicilio de la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández, al mostrar su apoyo a la gobernante, tras el pedido de cárcel por parte del fiscal que la investiga por presunta corrupción, en Buenos Aires (Argentina).EFE

Continúan los cruces entre oficialismo y la oposición tras las protestas en Buenos Aires

La vivienda de Cristina Fernández, ubicada en el barrio porteño de Recoleta, amaneció el sábado con un conjunto de vallas en sus inmediaciones

Dirigentes del oficialismo y de la oposición de Argentina continuaron este domingo los cruces en torno a las protestas vividas en la tarde del sábado frente al domicilio de la vicepresidenta del país, Cristina Fernández de Kirchner, en donde se vivieron disturbios entre un grupo de manifestantes y la policía.

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La vivienda de la también expresidenta (2007-2015), ubicada en el barrio porteño de Recoleta, amaneció el sábado con un conjunto de vallas en sus inmediaciones, una medida dispuesta por el Gobierno municipal del opositor Horacio Rodríguez Larreta para garantizar el "orden público" luego de varios días de vigilias en la zona por parte de simpatizantes kirchneristas.

Ante esta situación, la coalición oficialista del Frente de Todos llamó a una concentración frente al domicilio de la vicepresidenta, que transcurrió de forma pacífica en un principio, hasta que un grupo de seguidores de Cristina Fernández tiró abajo las vallas, rompiendo el perímetro policial y avanzando sobre el domicilio de la exmandataria.

Fue entonces cuando los agentes antidisturbios cargaron contra los manifestantes, utilizando un camión hidrante para dispersar a la multitud, que respondió con forcejeos y ataques a los vehículos policiales.

En este contexto, el Partido Justicialista (PJ), encabezado por el actual presidente, Alberto Fernández, emitió este domingo un comunicado para expresar su "repudio" ante el accionar de la Policía de la ciudad de Buenos Aires, al tiempo que definió la instalación de las vallas como una "provocación".

El PJ también criticó los presuntos golpes que sufrió Máximo Kirchner, diputado nacional del Frente de Todos e hijo de Cristina Fernández, por parte de algunos policías cuando trataba de ingresar al domicilio de la vicepresidenta.

"El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, es responsable de estas situaciones de violencia institucional y debe dar respuestas por lo sucedido", subrayó el comunicado.

Por su parte, el jefe de Gabinete capitalino, Felipe Miguel, volvió a defender este domingo la instalación de las vallas y la actuación de la policía, que "tuvo muchísima firmeza" y obró "con responsabilidad" durante los disturbios.

"Las vallas que se ponen en algún momento determinado no son las que provocan el escándalo. El escándalo lo provocan los violentos que no están dispuestos a cumplir la ley", aseguró el funcionario porteño en declaraciones a Radio Mitre.

RETIRADA DE LAS VALLAS

Finalmente, el Gobierno municipal optó por retirar las vallas alrededor del domicilio de Cristina Fernández, en donde volvieron a congregarse decenas de simpatizantes a lo largo de esta mañana, sin que se hayan registrado nuevos altercados con la policía.

De hecho, en horas del mediodía, la expresidenta salió de su vivienda y saludó durante varios minutos a sus seguidores, entre cánticos y muestras de apoyo.

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El peronismo, que hasta hace unas semanas atravesaba fuertes divisiones internas, está en un "permanente estado de alerta y movilización" tras el pedido de condena a 12 años de prisión contra Cristina Fernández, en el marco de un juicio por presuntas irregularidades en la adjudicación de obras públicas cuando era jefa de Estado.

El fiscal federal Diego Luciani considera que está probado que Cristina Fernández fue la "jefa" de una asociación ilícita que causó un millonario perjuicio económico al Estado, pero la vicepresidenta sostiene que no existen pruebas en su contra y que es víctima de una "persecución política y mediática".