Honores. Marcha hacia Brooklyn por el puente del mismo nombre, en Nueva York, en homenaje a los bomberos fallecidos en los ataques del 9/11.

La lucha electoral se filtra en el aniversario del 11S

Estados Unidos conmemoró ayer el decimoquinto aniversario de los atentados del 11 de septiembre, con sobrios y emotivos actos en honor a las víctimas de los peores ataques terroristas en su territorio, que cambiaron el mundo para siempre.

Estados Unidos conmemoró ayer el decimoquinto aniversario de los atentados del 11 de septiembre, con sobrios y emotivos actos en honor a las víctimas de los peores ataques terroristas en su territorio, que cambiaron el mundo para siempre.

Casi 3.000 personas murieron el 11 de septiembre de 2001, cuando 19 atacantes suicidas de Al Qaeda secuestraron cuatro aviones de línea y los estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York, el Pentágono, en Washington, y sobre un campo de Shanksville, en Pensilvania. El ataque motivó las invasiones de Afganistán (2001) e Irak (2003), lideradas por EE. UU., y en donde la guerra sigue causando estragos.

El aniversario se produce en medio de una dura batalla electoral por la Casa Blanca entre la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump.

Aún 15 años después de los atentados, su efecto perdura en los conflictos que asolan a Libia, Siria, y varios países de Medio Oriente, que son un caldo de cultivo para los grupos afiliados a Al Qaeda, en tanto se han multiplicado ataques inspirados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

El presidente Barack Obama asistió a la ceremonia del Pentágono, donde instó a abrazar la diversidad de Estados Unidos y no permitir que el terrorismo divida al país.

Organizaciones extremistas como Al Qaeda o el EI “saben que jamás podrán vencer a una nación tan grande y fuerte como Estados Unidos”, dijo.

“Y es por eso que es tan importante reafirmar hoy nuestro carácter como nación (...) Nuestra diversidad”, aseveró.

En una alusión indirecta a las controvertidas propuestas de Trump, Obama recordó que las personas “que vienen de todos los rincones del mundo, de todos los colores, de todas las religiones” han hecho de Estados Unidos lo que es hoy.

El Gobierno sostiene que el país está mejor protegido ante un ataque como el 11S, pero los lobos solitarios -extremistas yihadistas- son una nueva amenaza. Los atentados de Boston, San Bernardino u Orlando lo han demostrado.

Tras la masacre de San Bernardino, California, en diciembre pasado, el aspirante republicano planteó prohibir temporalmente el ingreso de los musulmanes a EE. UU.

Trump y Clinton asistieron a la ceremonia en Nueva York.

La demócrata, de 68 años, abandonó temprano el acto tras sufrir un “agobio de calor”, por lo que se retiró al departamento de su hija Chelsea, donde ya “se sentía mucho mejor”.

Clinton padece neumonía y se “acaloró y deshidrató” durante la ceremonia, informó su médico, Lisa Bardack, quien el viernes le había dado el diagnóstico. “A ella se le dieron antibióticos y se le recomendó descansar y modificar su agenda... Se recupera”, agregó.

El suceso dará material de ataque a Trump, quien reitera que ella no tiene el temperamento y no está físicamente apta para ocupar la Casa Blanca.

Los familiares de las víctimas leyeron, como cada año, los nombres de cada uno de los fallecidos en la ‘zona cero’, el sitio donde se erigían las derribadas torres gemelas del World Trade Center. Aquel día nefasto, 2.753 personas murieron en Nueva York, 184 en el Pentágono, y 40 en Pensilvania.