Una gran cantidad de profesionales en nuestro país (y de lo que conozco en muchos otros países), consideran que el tener un título universitario, y más aún cuando han cursado y probablemente aprobado un post grado, de cualquier tipo, es una garantía de que sus conocimientos estarán siempre presentes en su mente. Esta creencia ha sido el origen de una gran cantidad de errores, de decisiones totalmente equivocadas, de contratos mal celebrados, de condenas a proveedores, etcétera.

Todo profesional sabe que las enseñanzas universitarias nos proveen una herramienta que nos permite saber dónde está la información que le permita tomar decisiones apropiadas.

El manejo adecuado de los conocimientos de un profesional radica en el hecho de que en general, para cada actividad, debe constatar que se aplican los conocimientos apropiados. Esta constatación lo lleva a consultar los textos, a actualizar sus conocimientos de manera permanente, etc.

En el caso muy reciente de la venta de los terrenos de Los Samanes, resulta curioso que los abogados y autoridades del Ministerio del Ambiente, y los abogados y autoridades del Issfa, no hayan confirmado los términos legales aplicados, y si es que lo hicieron, es inaceptable que ante el cuestionamiento actual no hayan salido a defender sus decisiones, con sustento lo suficientemente legal y contundente.