“La orfandad del poder”

Se dice que “no hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague”, en el caso de los mandatarios, cuando este se cumple, si administró el poder con sabiduría y sensatez, es acreedor del aprecio, respeto y admiración de la comunidad, es decir no siente la orfandad del poder, no se siente desprotegido ni indefenso. Mas si administró el poder con revanchismo, y prepotencia, al cumplirse el plazo sentirá el peso de la deuda moral y política acumulada en su contra, y, empezará el drama de la orfandad del poder y la necesidad de estar protegido. Cuando dejó el poder Mujica, de Uruguay, quien tiene el aprecio y solidaridad de su comunidad, no necesitó blindarse ante nadie.

Mauro Terán