“Hay un escenario muy complicado para Ecuador por el narcotrafico”
Su gran desafío es mejorar los índices de seguridad ciudadana en el país, que se ha convertido en el gran puente de la droga que salen desde Colombia y Perú hacia el exterior.
Con cuatro semanas de ministra del Interior, María Paula Romo dice que una de las muchas cosas que quiere llevar a término es el nuevo Plan de Seguridad Ciudadana y Convivencia Social, en construcción desde hace casi un año y que reemplazará al vigente que, según ella, ya está llegando a su fin. En el nuevo plan, que incluye al de la frontera norte y los planes provinciales, se apuesta a la lucha contra la delincuencia organizada, la transnacional y la seguridad interna del Estado.
- Expertos dicen que no hay controles en las vías contra el narcotráfico. ¿Hay algún plan para el control en las carreteras?
- Sí, tenemos puestos de control, no solamente en las líneas cercanas a la frontera, sino a lo largo de las carreteras.
- ¿Controles fijos?
- Sí y también controles que son aleatores, que no están en la línea de frontera.
- ¿Son suficientes?
- Siempre se puede decir que son insuficientes, pero no podemos tener un policía en cada esquina o en cada kilómetro de la carretera. En nuestros puestos de control fijos y aleatorios en carreteras hacemos una identificación de muchas cosas: personas que tienen órdenes de captura, identificación y recuperación de vehículos, de motos robadas...
- ¿Con qué tipo de tecnología o escáneres cuenta la Policía para hacer controles?
- Contamos con un sistema de información que es muy importante, porque la tecnología relacionada a escáneres, al control de frontera y aduanas es muy importante pero no es responsabilidad exclusiva de la Policía. Me he reunido con la directora nacional de Aduanas porque estamos buscando vías de coordinación, porque en zonas como la de Guayas, la Aduana es un factor relacionado a la seguridad, por el ingreso y la salida de productos que pueden ser prohibidos e ilegales. En el caso de la Policía contamos con tecnología que nos permite hacer investigación del delito, intervenir en las organizaciones, tener información de lo que está pasando, pero también contamos con tecnología que nos permite hacer prevención.
- ¿Qué tanto ha influido el narcotráfico en el alza de los índices de violencia en el país?
- Tenemos algunos datos que hemos cruzado para tratar de descubrir esto. No vamos a conseguir el objetivo de sacar la droga de las calles si no se desarticulan las grandes organizaciones de narcotráfico; allí es donde los golpes son más efectivos porque allí es cuando sacamos a millones de dosis del mercado.
- Tenemos a dos vecinos que son los grandes proveedores de la droga: Colombia y Perú...
- Hay un escenario que es muy complicado para el Ecuador y nosotros, como Policía Nacional, tenemos que desarticular las grandes organizaciones, porque es una manera efectiva de conseguir que menos droga llegue a las calles. Cuando se logra zafar el último eslabón, que es el microtráfico, es probable que ese eslabón sea reemplazado. Una de las tareas más importantes que tenemos es desarticular las grandes organizaciones del narcotráfico y quitarles los mecanismos que tienen que seguir operando; me refiero al dinero, a los contactos, a empresas a través de las cuales pueden estar haciendo lavado; a los grandes negocios que se organizan dentro de una estructura criminal.
- ¿Cuál es la política para evitar que los tentáculos del narcotráfico alcancen a la Policía?
- Como funciona este tipo de crimen lo que hace es que se infiltra en las instituciones. No solamente en las instituciones del orden, sino en las de la administración de la justicia, las de la política, de la sociedad en general. Esa es una de las grandes amenazas por las que el narcotráfico no atenta contra la salud de las personas sino contra el Estado de derecho, contra la democracia.
- Pero, ¿qué se va hacer?
- La Policía tiene mecanismos internos que no nos garantiza que no suceda infiltraciones, pero nos garantiza que podamos enterarnos y separar a quienes pudieran verse contaminados. Existe un mecanismo interno a través de la Inspectoría General y también hay mecanismos de control permanente, por ejemplo, rotar al personal que trabaja en ciertas dependencias y en ciertas zonas; hacerles pruebas de confianza como las del polígrafo. Estamos conscientes de que hay sitios que son de más riesgos de contagio que otros.
- Tres cambios de ministro del Interior en dieciséis meses de gobierno. ¿Cómo entender eso si la prioridad es la seguridad?
- En materia de seguridad hay que diferenciar muy bien el trabajo que depende de la Policía Nacional y el que depende del Ministerio del Interior. La Policía Nacional es una institución muy sólida. El cambio de un ministro no significa un cambio radical de la seguridad;. no significa que la Policía se ponga de cabeza.
- ¿Por qué ahora el Ministerio del Interior organiza los comités provinciales de seguridad que antes hacían los gobernadores?
- Hemos hecho dos cambios. Uno, que la convocatoria la pueda hacer el Ministerio para respaldar el trabajo de las gobernaciones. El otro cambio es que se incorporará el Plan Nacional de Seguridad. En el acuerdo ministerial anterior se decía que cada provincia tendría un plan, pero estos planes deben estar articulados a un plan nacional.
- ¿Cambian los participantes en los comités de seguridad?
- Los participantes se mantienen, pero hay ciertos cambios como el que se podrá considerar la presencia de otras autoridades. Entre esas autoridades están las encargadas de la seguridad de los distintos municipios. Es la misma instrucción que se ha dado a la Policía Nacional. En seguridad trabajaremos con los gobiernos locales porque el objetivo de la seguridad está por encima de las legítimas diferencias que podamos tener con otras instituciones como los gobiernos seccionales. En seguridad no nos podemos dar el lujo de tener agendas paralelas y peor, agendas separadas.
- ¿Es cierto que se van a crear comités ciudadanos?
- Es indispensable el papel que juega la ciudadanía organizada en la lucha contra el delito y también en un aspecto que el plan fortalece mucho. El plan, que está en la última fase de construcción, se va a llamar Plan Nacional de Seguridad Ciudadana y Convivencia Social. No solo estamos pensando en que los ciudadanos tienen que colaborar con la Policía alertándole de situaciones sospechosas. Cuando hablamos de violencia en nuestro país, un poco más de la mitad de los homicidios intencionales se dan como resultado de la violencia social más que de la criminal. Cuando hablamos de participación de la ciudadanía no estamos hablando de que se organicen para denunciar, estamos hablando de que como ciudadanos aprendamos a relacionarnos y a resolver nuestros problemas a través de otros mecanismos que sean menos violentos. La mitad de los homicidios en el país se dan por la manera en que nos relacionamos las personas.