
Joaquin Hernandez: “La universidad privada quiere recobrar su mision”
Las universidades autofinanciadas (que no reciben asignaciones del Estado) insisten en que no pueden seguir reguladas por una normativa -a su criterio- hecha para instituciones públicas. Plantean reformas que les permitan autogobernarse.
- ¿La universidad privada pretende pasar de una hiperregulación al extremo opuesto?
- Gracias por poder aclarar el punto de vista de las universidades autofinanciadas. En realidad lo que estamos reclamando en primer lugar es la recuperación de nuestra propia misión como universidades y, por lo tanto, de nuestra propia diversidad. Una institución, sea con o sin fines de lucro, que no tenga una misión fundacional clara, o que no se respete esa misión, no va a servir para el fin que se pretende, que en nuestro caso es atender a la juventud y a toda la sociedad. Yo quisiera aclarar eso antes de la pregunta que usted me hace. Porque si esto no está funcionando, si eso no es admitido, los resultados van a ser siempre menguados e incluso hay el peligro de que la universidad pierda su propia misión.
- ¿Por qué con la actual ley puede perderse esa misión?
- Porque hay un solo modelo de universidad pública con el cual han uniformado a todas las universidades. Y se pretende que la universidad particular, que tiene su propia autonomía, rinda cuentas forzadamente en un modelo para el cual no fue hecha ni para el cual responde ni puede funcionar con toda su capacidad.
- Volvamos a la pregunta inicial.
- En cuanto a que vamos a pasar de una hiperregulación a una especie de caos por lo que estamos pidiendo... No es así. Hay una visión que hemos heredado de la época de la colonia, de que la única forma de ejercer control es a través del seguimiento o de la persecución del Estado; cuando realmente lo que deberíamos es lograr que la sociedad civil, las personas, los resultados, sean los que hablen de la calidad, en este caso, de una institución universitaria.
- ¿Y cuáles pueden ser esos resultados?
- Dónde están trabajando sus exalumnos, cuáles son sus contribuciones -en investigaciones, en vinculación con la sociedad-; cómo se sienten los estudiantes en cuanto a la formación que se les otorga; si pueden viajar a la mitad o al final de su carrera, sin tener problema. Estoy pensando, por ejemplo, en médicos nuestros que se insertan en hospitales de calidad de Estados Unidos. Ellos son el referente de cómo una universidad debe conducirse y no leyes que vienen desde afuera o son dictadas por burócratas.
- ¿Por qué es tan importante para ustedes el poder designar a sus autoridades, en lugar de nombrarlas por elecciones?
- Precisamente porque nosotros somos eficientes, en la medida en que no caemos en la politiquería. Yo creo que uno de los grandes atrasos de las universidades en el Ecuador ha sido ese entorno -no quiero decir político, porque no lo es- sino todas estas rivalidades para la elección de sus autoridades. Ese modelo no resulta, porque se crean compromisos y se pierde el carácter de la universidad, que es ser una entidad científica, académica, al servicio de la comunidad. Y además, porque nuestras universidades no reciben fondos del Estado. Vivimos de nuestra capacidad de innovación, de creatividad, de internacionalización y tenemos que funcionar de manera eficiente.
- ¿También van a pedir que se reforme el reglamento que establece topes a los aranceles?
- Las autoridades nos están llamando para tratar temas determinados. La reunión en la UEES fue para tratar asuntos de gobierno. Por eso no tocamos otros temas, porque no estaban en el orden del día. Nosotros hemos indicado que los reglamentos y las disposiciones que se aprobaron en el Código de Ingenios, revelan un modelo único de universidad, imponen una actitud persecutoria y todos ellos, no solo el de aranceles, tienen que ser repensados o cambiados dramáticamente.