Guayaquil, historia, ciudad y region

La historia geopolítica, socioeconómica, étnica y cultural de Guayaquil siempre nos ha puesto en evidencia lo que los urbanocentristas de hoy y ayer han extraviado: que ella es más que lo que perciben y dicen. Su proceso de creación y construcción histórica pone certezas innegables: es una territorialidad socioeconómica, étnica, política y cultural de un espacio que trasciende lo urbano-portuario. Va más allá. También comprende históricamente su ruralidad y una provincia que abarca un territorio regional en el cual vive la triada fluvial del Daule, Babahoyo y Guayas. Este es un problema que poco se entiende y no se debate. Incluso lo ocultan. Sin embargo, todos los documentos y crónicas coloniales y republicanos dan cuenta de una realidad que trasciende lo que hoy se cree que es Guayaquil.

Lo señalan las diversas crónicas coloniales, relatos historiográficos y memorias del Guayaquil del siglo XIX (de viajeros y de informes oficiales). También los estudios y publicaciones de varios investigadores e historiadores, nacionales y extranjeros. Se debe tener la objetividad básica para comprender cómo y por qué Guayaquil históricamente ha sido una ciudad-provincia-región. Eso dicen los documentos. Así hay que asumirla y definirla.

Es importante que en este nuevo aniversario de Guayaquil refrendemos lo que esas evidencias señalan. Negarlas es violar nuestra historia y tradición. Por eso es preciso que revisemos y estudiemos con claridad, objetividad y sentido crítico la historia social y geopolítica de Guayaquil. Así comprenderemos que la visión urbanocéntrica la empequeñece, reduce y lo más grave, omite lo que esta sociedad ha creado, recreado, tejido y proyectado en su historia, afirmándose como espacio mercantil capitalista, libre, independiente y autonómico.

Esto forma parte de una memoria histórica que ningún interés centralista puede reducir, omitir o negar. Por eso aprendamos a defender esa realidad geopolítica. Sigamos afirmando que Guayaquil es ciudad-provincia-región, pues el Daule y el Babahoyo solo tienen sentido en la unión-vínculo con el caudaloso Guayas y en su encuentro en el Pacífico. Eso es y dice nuestra historia. Defendámosla con civismo y firmeza política.