Los fondos marinos, el futuro economico
Recordemos que el mar ocupó las tres cuartas partes del planeta Tierra y que la altamar, de libre aprovechamiento de todos los estados, cubre el 52 %; la misma que descansa en una superficie sólida que se denomina el fondo marino. Hace más de cien años la expedición del buque oceanográfico ‘Challenger’ descubrió nódulos polimetálicos distribuidos en grandes áreas de los fondos marinos a profundidades de 3.500 metros. Estos nódulos, a los que se empezó a llamar “nódulos de manganeso”, contienen manganeso, hierro, níquel, cobre y cobalto. Luego de nuevas investigaciones, se encontraron verdaderas montañas de estos nódulos, especialmente en los océanos Pacífico, Índico y Atlántico, llegando a calcularse que su explotación podría satisfacer las necesidades de la humanidad, por cientos de años.
Como en las dos convenciones del mar de NN. UU. no se había hablado del tema, en la Asamblea General que realiza este organismo cada año, en 1967 el embajador de Malta, Alvin Pardo, propuso que se incluya en el temario la elaboración de una declaración y tratado con el fin de reservar los fondos marinos y suelos oceánicos, más allá de la jurisdicción nacional, exclusivamente para uso de fines pacíficos y los recursos obtenidos para beneficio de la humanidad.
La Asamblea creó el Comité de Fondos Marinos, el mismo que presentó un informe en diciembre de 1970, en el que se pedía consagrar la Zona de los Fondos Marinos y sus recursos como Patrimonio Común de la Humanidad que consistía en que: a) su reserva sería para fines pacíficos; b) exclusión de la soberanía y de su apropiación; c) la explotación será en beneficio de toda la humanidad, con la consideración especial para los países en desarrollo; d) el establecimiento de una autoridad internacional de los fondos marinos para que organice la exploración de la zona.
Una vez que fue aprobada la Convención de NN. UU. sobre el Derecho del Mar, verdadera constitución de los Mares, en 1982 en Montego Bay, Jamaica, y luego que entró en vigor, se conformó la Autoridad de los Fondos Marinos, que es una organización internacional autónoma cuya sede se encuentra en Kingston, Jamaica, y cuya misión es la de organizar y controlar las actividades de exploración y explotación de los recursos de los fondos marinos y oceánicos y su subsuelo fuera de los límites de la jurisdicción nacional. Sus miembros son los estados que han ratificado la Convención. En el caso de Ecuador, en años recientes, como parte de la Convención, tiene derecho a intervenir en la asamblea con voz y voto.
Ya hay varias empresas de estados que, una vez cumplidos los requisitos, han firmado contratos con la autoridad para proceder a explorar y explotar estos inmensos recursos. Entiendo que el asunto no es muy fácil pues, en algunos lugares, los nódulos se encuentran a 10.000 metros de profundidad. Los métodos a emplearse tienen que tener en cuenta no afectar el ambiente marino ya que, a medida que se explora, se han encontrado otros elementos, posiblemente más valiosos que los nódulos polimetálicos. Por ejemplo, existen células vivas que podrían tener uso medicinal y que son muy apetecidas por las empresas farmacéuticas.
Aunque los costos de inversión son enormes, a países como Ecuador, que no tiene recursos para conformar una empresa para la explotación de los fondos, le corresponde, como miembro de la autoridad, preparar delegados especializados que intervengan en los estudios que se realicen y en algo puedan colaborar con los conocimientos que adquieran para hacer factible el aprovechamiento de semejante riqueza submarina.