Una fanesca “urgente”

Todo proyecto de ley debe referirse a una sola materia. Sin ese requisito “no se tramitará” (Constitución, art. 136). De eso no están exceptuados los proyectos urgentes en materia económica: se diferencian de los ordinarios solo en el plazo para ser aprobados, negados o modificados, que es de 30 días desde su recepción en la Asamblea (Constitución, art. 140).

Una sola materia. Es verdad que no puede caerse en la simpleza de creer que, porque un proyecto pretenda reformar varias leyes, necesariamente ya verse sobre materias distintas, pues esas variadas modificaciones sí pudieran tener un hilo conductor común. Por ejemplo, si se quiere promover la inversión tal vez se necesite eliminar trabas en distintas leyes (minería, hidrocarburos, laboral, tributaria, arbitraje, alianzas público-privadas, etc.) Pero debe haber un hilo conductor común. Solo ahí puede decirse que el proyecto se refiere a una sola “materia”.

El larguísimo proyecto de ley -una mescolanza de más de cuatrocientos artículos- presentado el pasado viernes por el presidente Moreno a la Asamblea, contiene los más variopintos asuntos. Reformas tributarias, creación de un directorio para el Banco Central -al que pese al discurso se sigue manteniendo, igual que en el correísmo, como dependencia del Ejecutivo- (arts. 155 y 178), el torpe impedimento para que oficinas de representación de bancos extranjeros puedan dar préstamos o incluso abrir cuentas en bancos locales (art. 262), un inútil secretismo para fusiones bancarias -como si los accionistas opuestos no fuesen a hablar- (art. 256), que las instituciones de educación superior puedan dar programas académicos de pregrado y maestrías sin autorización previa y solo sujetos a control posterior (art. 383), y muchas otras cosas de igual estilo.

¿Qué necesidad había de armar semejante fanesca? Desconozco. Sí conozco, en cambio, que tal colosal enredo solo puede estar destinado al fracaso, ya porque la Asamblea lo rechace en bloque, ya porque la Corte Constitucional lo invalide a pedido de cualquier inconforme. No aprendemos en el paisito.

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