Una tercera edición que atraparía al lector. El libro ‘La Masonería en la Historia del Ecuador’ , de Jaime Alfonso Véliz Litardo, es un texto que cuenta con tres ediciones de las cuales dos se desconoce: la primera, la elaboró para amigos e integrantes de la organización; la segunda, la regaló al público.

Una tercera edición póstuma sale a la luz con el fin de romper el estigma de la discreción que envuelve a la estructura y mejorar a la sociedad a través de la persona. “La Masonería es un club social discreto, donde se reúnen varias personas para hablar de distintos temas que no se encuentran en otro club”, explicó Jaime Véliz Ibarra, hijo y secretario de la Logia Simbólica ‘Pacific’ No.4.

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La Masonería encajó en el círculo pro independencia, donde desencadena las obligaciones del hombre y en el cómo estos distintos conceptos y valores se representan en el ser humano y se los expone hacia la sociedad.

“Esta es una manifestación de una promesa y juramento que nosotros hacemos cuando ingresamos. No se pretende que todos los masones sean los pro hombres que salven a la sociedad.

Lo que se pretende es que sean esos puntos de inflexión que, sumándolos entre sí, van a formar un cambio”, argumenta.

Dicen que no hay que juzgar al libro por su portada y es precisamente esa afirmación, la que Véliz, refleja en su obra que va más allá de una biografía de personajes por el desarrollo de la historia, los hechos, el contexto social y el cómo la toma de sus decisiones repercutieron en el territorio. “Cuando mi papá terminó de escribir esta edición, él dijo que se lo podía analizar hasta aquí porque más allá falta ver que va a decantar. No fue una obra inconclusa, fue su aporte”, puntualizó.

Conservar el recuerdo de Jaime Véliz, es una de las razones por la que sus hijos deciden publicar y presentar la obra en el paraninfo ‘Lic. Rafael Brito Mendoza’ de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad de Guayaquil. La segunda razón se centra en llamar la atención de los asistentes y así, lograr “manos” y nuevos miembros que “sumen a la estructura”.

“Una de las mayores premisas de nuestra estructura es que una persona es grande cuando toma más responsabilidad de la que necesita tomar. Se necesita ser buena persona y eso es lo que analizamos cuando alguien desea ingresar a la institución”, aseguró.

Por su parte, la institución crece: en todo el país se registra al menos 100 miembros. Para ellos, es un alto histórico, aunque predominan sus bases en la moral, lo que les convierte ser un grupo selecto y reducido. “Nosotros queremos extenderlo a personas que les haría bien ser parte y qué sumen con ideas. Por ejemplo, la Junta de Beneficencia fue creada por lo masones, la Fundación Filantrópica del Guayas fue creada por la Logia Filantropía del Guayas, entonces son instituciones que se crearon en base a los ideales masónicos”, comentó.

• Actividades. Más obras que muestren el trasfondo de la historia con la esencia masónica. Una nueva directiva que potencie los valores y captar a jóvenes que impulsen actividades y los desarrolle en la sociedad.

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