Ecuador se ubica como el segundo país de la región con desnutrición crónica infantil y la tasa de personas subalimentadas bordea 15.4 %, alrededor de 2.7 millones de ecuatorianos no comen nutritivamente.

De acuerdo a los estudios de la FAO ¿Cómo se encuentra el sistema alimenticio en la región?

En este momento tanto para Ecuador como para los países de la región hay una triple preocupación que ha llevado a una situación compleja. Una de ellas es la COVID-19, la guerra entre Rusia y Ucrania y también el tema de acceso a combustibles y fertilizantes. Esto en conjunto está llevando a que exista dificultad en los países para asegurar una alimentación segura.

¿Eso significa que tanto en Ecuador como en otros países de la región existe un retroceso para erradicar el hambre?

Actualmente estamos a 10 o 12 años atrás de donde deberíamos haber estado según las tendencias que estaban establecidas. El progreso de décadas se ha estancado y se han ido atrás como consecuencia por la pandemia y la guerra.

¿Por qué una guerra que está al otro lado del mundo ha afectado en materia de alimentación?

La guerra ha aumentado los precios de los alimentos y sobre todo para los países que son importadores netos. Esto es un problema fundamental en 26 de los 33 países de la región, porque son importadores netos de trigo 13 naciones y de maíz. Alimentos muy importantes en la alimentación. Pero otro impacto es el aumento del costo de los combustibles, energía y fertilizantes. En el caso de Ecuador, la mayoría de sus fertilizantes vienen específicamente de Rusia.

¿Esto implica que las cifras de hambre en Ecuador también han aumentado?

La expresión más fuerte del hambre es la desnutrición crónica infantil, efecto que viene por un déficit alimentario en los primeros 1.000 días de vida de una persona. Ecuador estaba en curso para erradicarla, pero por lo antecedido esto puede ser hasta un poquito más de 2030. Restricción donde las familias más pobres van disminuyendo la diversidad de alimentos que comen. Por decir, comen más carbohidratos porque no hay recursos para comprar proteínas como carnes, leche. E incluso, hay productos como frutas y verduras en familias de productores campesinos que cultivan, pero por falta de dinero prefieren venderlo y utilizar esos recursos para educación y medicina, dejando de lado una dieta saludable.

¿Cuánto cuesta una dieta saludable en nuestro país?

Bordea los tres dólares por día por persona para comer saludable.

Es un monto que suena accesible para todos, ¿cómo es posible que tengamos personas subalimentadas (que no comen nutritivamente)?

A una persona que vive en una ciudad y que lo tiene todo, esta cifra es bajísima, pero si uno mira la línea de pobreza en el país muchas personas viven con $ 1,50 al día. Una cifra por persona. Imagínese cuánto necesitaría una familia de 5 u 8 miembros que son pobres, allí la cifra cambia y se vuelve compleja.

¿Desde la FAO qué se realiza para ayudar a erradicar los problemas alimentarios?

Tenemos algunos proyectos. Muchos están relacionados en temas de prevención y mitigación de la crisis alimentaria. Para este 2023 ejecutaremos 17 proyectos, uno de ellos se llama ‘Paisajes Andinos’ que está enfocado en los pequeños productores para que produzcan más y vendan mejor a través de cadenas de valor. También tenemos otro relacionado al enfoque de género para que las mujeres rurales puedan controlar el presupuesto en el hogar.

¿Cómo usted ve la falta de propuestas en materia alimenticia por parte de los candidatos a autoridades provinciales que deben elegirse este domingo?

Yo espero que la ciudadanía desafíe a los líderes, y a los líderes futuros preguntarles qué van a hacer. Que es un tema que no solo involucra a un gobierno de turno, sino a muchos actores y que sea a largo plazo. La ciudadanía debe ser más exigente.