La Fundación Vida en Libertad afirma haber logrado la reinserción de más de 2.900 presos a la sociedad durante sus 18 años de experiencia, brindando apoyo integral a personas privadas de libertad y a sus familias, con el fin de lograr una sociedad más segura, justa e inclusiva.

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La entidad informó ayer viernes 8 de septiembre que ha capacitado a 2.900 mujeres privadas de la libertad, con un 95 % de “reinserción positiva y permanente” en sus programas.

La labor de la fundación se extendió en 2019 a un régimen semiabierto con personas con beneficios penitenciarios, y ha recibido a 390 hombres y mujeres, quienes han sido capacitados en valores y principios, finanzas y emprendimientos.

De igual forma, apoyan a las familias de las personas privadas de libertad y preliberadas, especialmente a sus hijos, ya que atienden a 290 niños, con edades que van de los cero a los doce años.

“Nuestros casos de éxito son numerosos y variados, porque creemos en la importancia de trabajar de forma integral y permanente para que, algún día, en el Ecuador no sean necesarias las cárceles, ya que conseguiremos que nuestra sociedad pueda brindar oportunidades a todas las personas y que se erradique la violencia y la corrupción”, señaló la fundación a través de un comunicado.

Vida en Libertad es una organización sin fines de lucro que se sostiene gracias a donaciones y el trabajo de voluntarios. Con esos fondos y aportes ha organizado decenas de eventos, capacitaciones, apadrinamientos, entre otras actividades.

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“Creemos que Ecuador sí tiene una salida, pero esta involucra a varios sectores de la sociedad civil, uniéndonos Estado y sector privado, como actores claves para la solución de esta problemática”, apuntó.

Los talleres que dicta la fundación están orientados a capacitar a los presos para que desarrollen sus ideas de negocio, basados en sus aptitudes y talentos innatos.

Este mes se cumplen 18 años de trabajo de servicio a través del Voluntariado Carcelario, que dirige Gioconda Cabrera Ron, presidenta de la Fundación Vida en Libertad.

Según Cabrera, el censo que se realizó en las prisiones del país permitió conocer que más del 50 % de la población carcelaria no ha concluido su educación básica, lo que evidencia un problema de falta de oportunidades para este grupo.

“Cuando damos oportunidades a estas mujeres, vemos una respuesta positiva. Y cuando ellas están insertadas en la sociedad y les damos la posibilidad de mejores opciones de empleabilidad o de emprender sus negocios, vemos que no solamente ellas son reinsertadas, sino que sus hijos terminan la escuela y son hogares restaurados que se alejan de la actividad delictiva”, aseveró.

La fundación se constituyó como una respuesta a la creciente problemática penitenciaria de Ecuador y como brazo ejecutor a la labor de su voluntariado.

Ecuador tiene 36 prisiones, que albergan a más de 31.000 reclusos. En algunas de ellas han muerto asesinados desde 2020 más de 400 reos, en diferentes enfrentamientos entre bandas criminales rivales, las cuales se disputan el control interno de los centros carcelarios.

Estos episodios son parte de la creciente ola de violencia en la que está inmerso Ecuador, lo que ha hecho que el país pase en cinco años de 5,8 a 25,32 homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes en 2022, la cifra más alta de su historia, con recurrentes asesinatos y matanzas que guardan relación con el crimen organizado y el tráfico de estupefacientes.

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