Enrique Pita piensa que este será el último proceso en el que participará como integrante del CNE o, al menos, espera que así sea. Dice que se irá con la conciencia de que dio lo mejor, pero también con el sinsabor de que han sido objeto de críticas injustas e infundadas, según él, la mayoría de veces.

¿Considera que es el proceso electoral más complejo desde que forma parte del CNE?

Hay factores que hacen que efectivamente sea un proceso no igual a los demás. Primero, hemos tenido que desarrollarlo en 90 días en condiciones extraordinarias. Por otro lado, las circunstancias que rodean el ambiente por el tema inseguridad son otro factor que también ha sido diferente a elecciones anteriores.

¿En lo normativo hubo más dudas que certezas?

Así es, no ha existido normativa específica para poder llevar adelante un proceso en tan poco tiempo, porque en la ley no existe nada al respecto y las decisiones que hemos tomado, de alguna manera, han sido extraordinarias. Tengo que reconocer, sin embargo, que las organizaciones políticas han sido flexibles en cuanto a aceptar las condiciones extraordinarias para este proceso.

Con todo este panorama, ¿en qué porcentaje llega el CNE a estas elecciones?

Tengo que afirmar que en un 100 %. Sin duda, ha habido aspectos en los que se ha tenido que trabajar fuerte. Por ejemplo, en la capacitación a los integrantes de las Juntas Receptoras del Voto (JRV), porque, si bien, son los mismos que han participado en los últimos procesos, hay aspectos nuevos en esta elección que necesitaban ser comunicados para efectos de un mejor trabajo.

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Es decir, ¿no hay temor de lo que pueda pasar en las mesas electorales?

Debo admitir que uno de los temores que tenemos presentes es el hecho que, dado el ambiente de inseguridad, no todos los miembros de JRV se presenten el domingo y ese es un factor que tendrá que ser resuelto, porque para eso nuestros coordinadores de recintos tomarán acciones.

¿Como cuáles?

Incorporar gente de entre los que están en la fila para votar, pero no siempre son personas capacitadas y por más esfuerzo que hagamos de hacerles una capacitación exprés, no siempre pueden asumir fácilmente cómo llevar adelante la tarea.

¿Y se teme que los ciudadanos, por miedo, no acudan a sufragar?

Si tomamos como ejemplo la elección que tuvimos en plena pandemia, sorprendentemente, los votantes asistieron masivamente, porque era una oportunidad para expresar a través de su voto el deseo de decidir hacia dónde quiere que vaya el país. Algo similar a ahora, aunque debo entender que habrá en algunos casos cierta resistencia y temor. Tengo confianza de que las medidas tomadas para el reforzamiento de seguridad en los recintos electorales darán confianza al ciudadano.

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¿El llamado a los ecuatorianos en el exterior para el voto telemático falló?

Al contrario, es satisfactorio el resultado obtenido. Tenemos algo más de 80.000 inscripciones (se pueden inscribir hasta el 20 de agosto). Los ecuatorianos empadronados en el exterior son 409.000 y de esos vota en promedio el 20 % o 22 %, por lo tanto, si logramos un porcentaje que cubra o supere ese 22 %, estamos satisfechos. Lo vamos a lograr.

Casa adentro hay más optimismo que afuera que llueven las críticas al CNE.

Hay un enemigo de la gestión eficiente y transparente que como funcionarios públicos llevamos adelante. Es enfrentarnos a las redes sociales, que pueden ser todo lo crueles, antojadizas, infundadas y agresivas respecto a la gestión que ejecutamos.

¿Usted fue de los amenazados de muerte en el CNE?

Personalmente, no he recibido ningún tipo de amenaza de ese tipo, pero sí descalificaciones de anónimos, pero también de personas que tienen un nivel cultural y uno cree que saben discernir entre lo que está bien o mal hecho, y que con ligereza replican absurdos sobre supuestas complicidades o inacción del CNE. Es doloroso encontrar que eso es capaz de escribir gente preparada.

Pero no es injusta la crítica de que no pueden controlar la campaña anticipada.

Sucede que en Derecho Público se puede hacer solo lo que está contemplado en la ley. En el Código de la Democracia se define qué es la precampaña, pero no se definen los períodos y las herramientas para armar un caso y llevarlo al Tribunal Contencioso Electoral (TCE), porque son ellos los que sancionan las infracciones electorales.

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Si bien no es competencia del CNE, habrá que trabajar mejor la seguridad de los candidatos.

Hay que insistir que nosotros (el CNE) somos los constructores de procesos electorales y los aspectos de seguridad son responsabilidad de otras funciones. Ahora, debemos trabajar coordinadamente, proveer la información que se requiera, claro que sí, pero ese es un aspecto que debe ser asumido con más fuerza, con mejor planificación por quien le corresponde tal responsabilidad.

¿Es un error que el CNE no haya asumido un conteo rápido?

Definitivamente, porque un conteo rápido es una referencia importante, por un lado, de hacia dónde va la tendencia de la votación sobre la base de una muestra real que se produce en las JRV. Y, por otro lado, es una demostración de nuestra eficiencia cuando la diferencia debe ser en porcentajes mínimos entre el resultado final y el resultado que se obtiene en estos cortes rápidos.

Pero en 2021 el conteo del CNE tuvo problemas.

Lo que hubo es un problema de comunicación de los resultados de ese conteo rápido, pero al final el resultado que se obtuvo, ya cuando se cuentan todos los votos en las urnas, fue de menos de 0,5 % de diferencia.

¿Y a qué hora se sabrán ahora los primeros resultados?

Por experiencia y entendiendo que lo primero que se va a escrutar es presidente; considerando que les tomaría a los miembros de las JRV entre 45 y 50 minutos ajustar y llenar toda la documentación, creo que podría ser en hora y media después del cierre de las mesas de votación. Estamos hablando de las 18:30 cuando comenzarían a aparecer los primeros datos.