Aunque el plebiscito impulsado por el colectivo Yasunidos puede verse solo como una causa medioambiental, el cese de la explotación petrolera en el Yasuní ITT (o bloque 43) podría acarrear consecuencias más serias, como reducir uno de los principales ingresos del país.

Este Diario se comunicó con los ocho precandidatos presidenciales que esperan llegar a Carondelet, para conocer su postura respecto a la consulta popular y sus planes de contingencia en caso de que gane la opción de dejar el crudo bajo tierra. Solo con Luisa González, la representante del correísmo, no se pudo concretar el diálogo.

El silencio es preocupante, según Mauricio Alarcón, jurista y director de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo: “No tener una postura denota una debilidad ideológica, una falta de claridad en temas sensibles, un irrespeto al electorado y (que se trata de) candidatos demagogos que quieren el poder sin tener posturas claras ante los ecuatorianos”.

Asimismo, Pedro Bermeo, vocero de Yasunidos, destaca que los ciudadanos deben exigir una respuesta a los candidatos porque “no tener una postura es engañar a los ecuatorianos”. Además, insiste en que los presidenciables deben presentar alternativas de financiamiento.

En ese sentido, Daniel Noboa, candidato por la alianza Acción Democrática Nacional, es parte de los presidenciables que votarán a favor del cese de la explotación petrolera en el Yasuní ITT. Dice a este Diario que ya cuenta con acciones delineadas a ejecutar en caso de que gane esta opción.

La inversión y reducción de los costos de transmisión eléctrica; alianzas público-privadas para refinerías y bajar el costo del diésel; reestructuración tributaria y lucha anticorrupción en empresas públicas, son parte de los puntos de la estrategia que prevé Daniel Noboa en caso de ganar el sí en la consulta.

Otro candidato a favor de no tocar el crudo del ITT es Yaku Pérez, de la alianza Claro Que Se Puede, quien señala que desde su presidencia en la Ecuarunari ayudó en su momento a la recolección de firmas para el plebiscito y que eso ya marca su postura.

“Ahora que se convoca (la consulta), decididamente apoyamos que el crudo quede bajo tierra en el ITT para evitar el genocidio con los hermanos tagaeri y taromenani y para la preservación de la mayor biodiversidad del planeta”, sostiene Pérez, quien extraoficialmente recibe el apoyo de Pachakuitk también.

Por otro lado, Jan Topic, presidenciable por la Alianza por un País Sin Miedo, tiene una postura más ambigua sobre la consulta popular. “Si de mí dependiera, dejaríamos de utilizar recursos no renovables (...)”, dice, pero aclara que esa es una decisión de los ecuatorianos.

Sin definir su voto, Topic señala que de ganar el sí en el plebiscito, la prioridad de su eventual gobierno será “encontrar la manera de pagar la salida del Yasuní”, algo que podría bordear los mil millones de dólares para el Estado, dice.

Asimismo, Fernando Villavicencio, aspirante por el movimiento Construye, no aclara su postura respecto a la consulta. Sin embargo, señala tener planes tanto para la victoria como para el fracaso de la pregunta al país sobre el cese o no de la explotación petrolera.

Por ejemplo, según señala a este Diario, en caso de que gane el sí, pedirá una prórroga a la Corte Constitucional para desmantelar el campo. En caso contrario, afirma que exigirá el cumplimiento de las normas ambientales para la explotación.

En esa misma línea, Otto Sonnenholzner, presidenciable por la alianza Actuemos, manifiesta que respetará la voluntad popular de los ecuatorianos, pero no define una postura frente al plebiscito que busca terminar con la explotación de crudo en el esta zona de la Amazonía ecuatoriana.

“Cualquier decisión que se tome, tenemos que asegurar mecanismos de sostenibilidad. Al Ecuador se le debe reconocer el esfuerzo que hace por conservar la biodiversidad del planeta. Lo justo sería que el resto de mundo nos compense por cuidar el planeta”, propone.

Por otro lado, Bolívar Armijos, presidenciable del movimiento Amigo, está entre los que votarán en contra. Destaca que el plebiscito llega en un momento poco oportuno, por la crisis y falta de recursos del país.

“Soy amante de la naturaleza, la hemos protegido, pero en estos momentos que tenemos un pozo petrolero en producción que genera más de 1.500 millones de dólares al país, (detener la explotación) no es lo adecuado (...)”, defiende Armijos.

En ese mismo sentido, aunque dice ser partidario de cesar la explotación petrolera en el Yasuní ITT, Xavier Hervas, presidenciable del movimiento RETO, sostiene que no es el momento adecuado para hacerlo por las consecuencias que esta decisión podría traer.

“Fue un gran error concesionar el Yasuní”, dice, pero estima que parar el bloque implicaría poner en riesgo la dolarización, recibir demandas que el Estado no podrá ganar y perjudicar programas sociales y otras políticas, como el subsidio al combustible.