Un grupo de ocho ecuatorianos están encerrados en un departamento en Lviv, ciudad situada al oeste de Ucrania, a 70 kilómetros de la frontera con Polonia. Allí se alojaron tras su fallido intento de huir de la guerra.

Uno de ellos es Deyvid Arcos, oriundo de Latacunga, quien tiene 27 años y llegó a Ucrania en 2019 para estudiar una maestría en Ingeniería de Alimentos y así obtener una mejor oportunidad laboral, y no precisamente en Ecuador.

Arcos cuestiona a la Cancillería porque no se evidenció la ayuda oportuna como lo han “divulgado” las autoridades, y que las líneas de comunicación establecidas solo servían para mensajes de que se busque información en fuentes oficiales.

“Si pudimos salir es porque la universidad buscó un bus para llevarnos a un lugar seguro y nos trajo hasta acá. En esa línea dijeron que saliéramos a la frontera con Polonia, que el cónsul nos iba a estar esperando, y no había nadie. Se esperó tres días y a muchos nos tocó salir por nuestros propios medios y algunos regresaron por ser hombres. Nadie ayudó. Ahora esperamos que los vuelos humanitarios sean ciertos”.

EXPRESO consultó a Cancillería el número de funcionarios que se encargaron de atender a los ecuatorianos en la frontera con Polonia y en qué horarios estuvieron presentes para brindar ayuda, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta al pedido.

El viceministro de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, Luis Vayas, respondió a este Diario que justamente se encuentra en el sector para “asistir a los ecuatorianos”, pero no detalló    desde qué día y sugirió canalizar una entrevista sobre este tema.

Arcos señala que al demostrar que era extranjero necesitaba una visa para poder quedarse en Polonia y que fue impedido por no tener dicho documento.

“De parte de Cancillería, solo dicen esperen. Hay ecuatorianos que están ya seis días aguardando una respuesta para salir y ya están buscando refugio, o como nosotros que pedimos posada en departamentos de amigos, esperando que pase la situación, o al menos hasta la siguiente semana, para ver qué hacemos de ahí”.

Sin embargo, Arcos destaca que el sentir de muchos ecuatorianos en Ucrania es permanecer en Europa hasta que culmine la guerra. La principal razón es que precisamente salieron de su país natal por un mejor futuro económico.

“Nosotros vinimos acá por un futuro mejor, por lo económico. Si regresamos a nuestro país, es sin título, sin haber terminado la carrera. Perdemos todo lo invertido y los años de estudio. Acá podemos trabajar de pronto en otra cosa hasta que la guerra pase. Si regresamos estaríamos en una peor situación porque los documentos que prueban el estudio se encuentran aquí y no llegarían, ni se revalidarían”.

A esto hay que agregar que los recursos se agotan. Arcos y los otros siete ecuatorianos recién desde el martes han podido abastecerse de alimentos para poder cocinar en su refugio. Antes de ese día, tenían que comprar en restaurantes sus desayunos y almuerzos, porque no se podía adquirir comida debido al incremento de precios en los víveres. Señalan que la subida en los valores es del 50 %.

“La plata que usamos es la que teníamos en alcancías o en efectivo. Dependemos de los envíos de dinero, pero al igual que los bancos están cerrados”.

Trámites y papeleos

Entre los principales requerimientos de los migrantes ecuatorianos que son estudiantes, está que exista una revalidación de los estudios realizados en Ucrania. Además, mayor agilidad en los trámites consulares, pues al huir “rápidamente” de las zonas de guerra no han podido cargar todos sus documentos o los han extraviado en sus viajes.