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Ecuador norma el trabajo desde el hogar

Es un paso agigantado en la relación laboral. Empresarios, trabajadores y Gobierno coinciden -algo que no sucede a menudo- en que el Teletrabajo es un avance necesario. La modalidad, que cuenta con un reglamento estatal presentado ayer, permite que el

Ecuador norma el trabajo desde el hogar

Es un paso agigantado en la relación laboral. Empresarios, trabajadores y Gobierno coinciden -algo que no sucede a menudo- en que el Teletrabajo es un avance necesario. La modalidad, que cuenta con un reglamento estatal presentado ayer, permite que el trabajador no labore desde la tradicional oficina. Si cumple con los objetivos trazados por la empresa, y hay un acuerdo previo, él puede ejercer sus funciones en casa o en cualquier otro punto.

¿Por qué es beneficioso? El empleado se evita, dicen sus representantes, horas de viaje, gastos por movilización y por alimentación. Ellos creen que la alternativa ganará adeptos tan pronto como se regule dentro las empresas.

Ahí es necesario que los empleadores cuenten con sistemas de comunicación eficientes. Si el teletrabajador utiliza computador, en un ejemplo, la empresa deberá proveer todos los materiales para su funcionamiento. Esa puede ser la parte que más tiempo tome, aseguran los empresarios.

Según el Acuerdo Ministerial 190, del Ministerio de Trabajo, la empresa debe analizar si el teletrabajo es aplicable en su área. Luego debe garantizar que los teletrabajadores gozarán de los mismos derechos que el resto de empleados y que no serán aislados. Es más, dice el artículo 8 del acuerdo, el empleador debe crear espacios donde todo el personal pueda interactuar.

Cristina Salgado, representante del departamento de Talento Humano de IBM, cree que la iniciativa es positiva, porque abre nuevas oportunidades para el trabajador. IBM ya tiene colaboradores con este sistema y, cuenta Salgado, sus resultados laborales son satisfactorios.

Esto, afirma Francois Leens, gerente de área de Cisco, porque hay responsabilidades compartidas. La empresa desarrolladora de tecnología trabaja en 160 países y en varios usa el teletrabajo. La libertad, cuenta, es bien recompensada por el empleado que cumple sus obligaciones desde casa.

Los consultados cuentan, además, que para que la herramienta sea efectiva, el trabajador también necesita reglas. Una de las más importantes es la confidencialidad. El empleado no puede divulgar información privada de la empresa aunque no esté bajo el techo de sus compañeros.

Tampoco puede incumplir su horario. El contrato especial, o agregado para quienes ya tienen un documento firmado, debe especificar el tiempo de trabajo, las horas extraordinarias y su forma de pago.

Leonardo Berrezueta, ministro de Trabajo, puso ejemplos para explicar porque el Estado también es beneficiario si la modalidad crece. El ahorro y la disminución de contaminación provocarían que solo en Quito, al año, se gaste 1,5 millones de dólares menos si hay 22.000 teletrabajadores.

Actualmente, en Ecuador, trabajan 15.200 personas en esta modalidad. Hasta agosto, no había reglas establecidas. Quienes querían trabajar desde casa llegaban a un acuerdo informal con la empresa. Según el ministerio, faltaba un respaldo legal que garantice el respeto de los derechos de las partes.

La meta del ministro Berrezueta es que unas 76.000 personas sean parte de la nueva modalidad en los próximos dos años.