
El subsidio de la gasolina Extra bajó; los consumidores pagarán más
La caída del precio del crudo, que hubo en mayo, redujo el subsidio a niveles mínimos
Los consumidores tendrán que pagar más por la gasolina Extra entre el 12 de junio y el 11 de julio de 2025. Mientras tanto, el Estado subsidiará menos este producto, en el periodo mencionado. El galón de este producto, en la última revisión subirá de $ 2,47 a $ 2,52. Esto signfica un incremento de cinco centavos que rompe tres meses consecutivos de bajas.
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"Si el gobierno en vez de subir cinco centavos aumentaba en seis centavos, el subsidio prácticamente desaparecía", explicó Oswaldo Erazo, secretario ejecutivo de la Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados del Petróleo del Ecuador (Camddepe). Según la tabla de subsidios de Petroecuador del 12 de junio al 11 de julio, el subsidio de la gasolina Extra está en $ 0,006 por galón. Es decir, menos de un centavo.
La caída en el subsidio de este producto no es nueva. En enero de 2025, por ejemplo, no hubo subsidio alguno, pero regresó en febrero con $ 0,10 por galón. Esta fluctuación responde a los cambios del precio internacional del petróleo, del que se extrae los derivados, y la dependencia del país de las importaciones de combustibles.
¿Qué pasará con la gasolina Ecopaís?
En cambio, la gasolina Ecopaís, que incluye un 5 % de etanol, mantiene consistentemente subsidios más altos que la Extra. Para el periodo actual tendrá una subvención de $ 0,13 por galón. Los consumidores pagarán por este producto lo mismo que la Extra $ 2,47.
El comportamiento en el subsidio que recibe la Ecopaís pone en entredicho el proyecto piloto iniciado en 2010, que buscaba reducir la importación de combustibles y disminuir los subsidios. "Durante 15 años de subsidios a la gasolina con etanol, siempre ha sido más subsidiada que la gasolina Extra. No cumplió con sus objetivos", sostiene Erazo.
Dependencia crítica de importaciones
Entre enero y abril de 2025, el Estado destinó $ 2.019 millones para importar combustibles: gasolina, diésel y gas licuado de petróleo. Esta cifra significa un 1,9 % menos frente al mismo periodo del año anterior ($ 2.059 millones), según datos del Banco Central del Ecuador (BCE).
El menor desembolso ocurre pese a que en este periodo se evidencia una mayor importación de gasolinas (naftas), diésel y gas licuado de petróleo (GLP). En el lapso mencionado, Ecuador importó 22,82 millones de barriles de derivados. Mientras tanto, en 2024 fueron 20,55 millones.
Sin embargo, en este año el precio promedio del barril de combustibles que se adquiere en el exterior es menor ($ 88,11), frente al promedio de enero a abril de 2024 ($ 99,95).
Además, según Erazo, se estima que un 25% de los combustibles subsidiados sale del país como contrabando hacia Colombia y Perú, donde los precios superan los $ 4 por galón. El experto explicó que "el hecho de que exista tanta diferencia entre los vecinos puede motivar a que se dé un mal uso al combustible", ya que los subsidios generan "distorsiones del mercado, distorsiones como contrabando de un país a otro" y su uso "para cuestiones ilegales como la minería ilegal".
Por estas condiciones, para Erazo, este momento sería ideal para eliminar el subsidio a la gasolina Extra. "Si el gobierno tiene que irse decidiendo por eliminar por lo menos la gasolina extra, revisar esta con etanol y también el GLP taxi", señaló, considerando que el actual escenario de bajo subsidio representa una oportunidad técnica única para liberalizar los precios sin generar un impacto fuerte en los consumidores.
El mayor componente del subsidio se concentra en el diésel, que representa el 61 % del total, seguido por las gasolinas (21 %) y el GLP doméstico (18 %). El diésel mantiene un precio fijo de $ 1,75 por galón, pero en los primeros cuatro meses de este año el país lo importó, en promedio, a $ 2,43, generando un subsidio. En junio de 2025, por ejemplo, esta subveción asciende a $ 0.83 por galón. El GLP doméstico se vende a $ 1,60 por bombona de 15 kilos, mientras su costo de importación es de $ 21,55.
"Los subsidios deben ser temporales y focalizados. Han pasado 53 años y seguimos subsidiando a quien no lo necesita", concluye Erazo, quien considera que la liberación de precios no solo aliviaría las finanzas públicas, sino que mejoraría la calidad de los combustibles al permitir la competencia del sector privado.