El vino, una bebida que despliega una amplia gama de tonalidades y sabores, se presenta como la elección predilecta para las festividades, añadiendo un toque refinado a las reuniones en hogares y empresas.

Según la información proporcionada por la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Quito, se observa un notorio crecimiento en el consumo de vino en Ecuador en los últimos años. Este aumento se refleja en cifras concretas, pasando de un promedio de una copa por habitante en el año 2020 a casi dos botellas anuales por persona en el año 2022.

El valor de las importaciones de vino en el país ha crecido considerablemente en los últimos años - un 238 % desde 2015 hasta 2022 - llegando a alcanzar un récord histórico durante 2022, donde esta cifra se situó en 33,69 millones de euros, un 24,7 % más respecto a 2021. En cuanto a los principales proveedores de vino del país ecuatoriano, Chile es claramente líder, seguido de Argentina, España e Italia, muy similares en sus cifras, tanto en valor como en volumen importado.

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Cinco de los diez primeros proveedores son países europeos, los que desde 2017 se benefician del mencionado acuerdo comercial. Por el lado de las exportaciones, el surgimiento de bodegas y productoras nacionales en los últimos años, el desarrollo en la mejora de las técnicas productivas y la mayor calidad de los caldos nacionales han comenzado a reflejarse en el comercio exterior durante 2022, alcanzando los 2’450.000 euros y las 1.042 toneladas exportadas, una cifra sin precedentes en el sector.

En la localidad, la ubicación geográfica juega un papel fundamental en la diversidad de vinos disponibles. La bodega Dos Hemisferios, bajo la dirección del enólogo Juan Banovsky, ofrece un catálogo de 30 etiquetas de vino, destacando las firmas Armonía, Enigma y Paradoja, las cuales son las más solicitadas por los clientes.

En particular, Enigma se distingue por ser el resultado de dos cosechas en un mismo año, un fenómeno excepcional en el mundo debido a la ubicación geográfica de Ecuador, que abarca dos hemisferios simultáneamente.

“Somos el único país en el mundo que puede gozar de dos vendimias en un mismo año. El producto es una bebida de tipo chardonnay, añejada en barricas de roble y que genera una sensación de frescura por un precio de 21 dólares”, comenta Banosvky.

El experto además comenta para este Diario que estas distintivas botellas han llevado la excelencia ecuatoriana a nivel internacional. “Alemania destaca como el epicentro principal de la importación de este viñedo, con puntos de referencia específicos en restaurantes de ciudades como Hamburgo, Stuttgart, Berlín o Düsseldorf”, asegura; no obstante, su popularidad se extiende por otras naciones europeas como Inglaterra y España, así como en Centroamérica con Panamá y en América del Norte con Estados Unidos”.

En Viña del Guayacán, la oferta es más modesta, pero igual de refinada y popular en el exterior, según José Burneo, dueño del negocio.

“Una casa de importación de vinos nos contactó desde Suiza solicitando producto ecuatoriano para distribuir en este país, Alemania, Austria y Luxemburgo”, declara Burneo.

Burneo menciona que en los restaurantes, cuando familias locales o europeas se sientan a cenar o almorzar, realizan degustaciones de varios vinos de diferentes partes del mundo, y que “entre ellos, uno de los solicitados es el de Ecuador”.

No obstante, los escasos entusiastas de esta actividad, todavía encuentran impedimentos para seguir fomentando la cultura enológica dentro del país.

Así lo explica Carlos Paiz, gerente general del restaurante y distribuidor de vinos L’oenothèque. “Existen en Ecuador procedimientos e impuestos que no permiten traer vino a buen precio. Si uno quiere consumir un vino de calidad de 100 dólares, terminas pagando el doble o triple, dependiendo el tipo de impuesto. Por eso la demanda de vinos premium es el reto más grande que tenemos en el país”, asegura.

Estas determinaciones convierten al mercado de las bebidas espirituosas en un campo de batalla que trata de equiparar la calidad de los productos, con los precios de venta y los costos de producción.

Las casas productoras de vino ejecutan medidas ingeniosas que permiten sobrellevar las problemáticas. “El objetivo es introducir el vino al paladar de las personas y cambiar su percepción. Mucha gente piensa que el sabor no justifica el costo, lo cual es falso”, concluye el experto.

Por otro lado, el Tratado de Libre Comercio con Europa logró reducir a cero el arancel asociado al vino, lo que ha resultado en una mayor accesibilidad en los precios en comparación con los vinos de otros orígenes.

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El auge de los vinos con etiquetas personalizadas

En el mundo del enoturismo, la tendencia de ofrecer botellas de vino con grabados o dedicatorias ha ganado terreno. La visita a viñedos se ha convertido en una actividad popular, especialmente en estas fechas de fin de año, atrayendo parejas y familias que buscan sumergirse en la cultura vinícola.

En palabras de un experto de Dos Hemisferios, una reconocida bodega, “tenemos una propuesta única en Ecuador que es que la gente puede personalizar su etiqueta, ya sea la gente particular o las empresas. A partir de octubre empezamos a trabajar mucho en esto en regalos corporativos, regalos familiares. Cualquiera puede poner desde una foto, un logo, una frase en la etiqueta y nosotros se lo pasamos sin ningún costo extra en cualquier línea”. Esta iniciativa refleja la creciente demanda de experiencias personalizadas y añade un toque emocional a cada botella, convirtiéndola en el regalo perfecto para los aficionados.

FE DE ERRORES

En una primera edición de esta nota se afirmó que lo expuesto en el último párrafo eran declaraciones de un experto del local LaGuarda, cuando en realidad era un experto de la bodega Dos Hemisferios. Pedimos disculpas a nuestros lectores. 

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