La reciente reforma que la Junta de Política y de Regulación Financiera aplicó sobre las tasas de los créditos que    ofrece la banca apunta a cambiar el método para calcular el techo del interés que se debe cobrar, pero eso no significa que exista un alza de valores.

La aclaración viene de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca), a propósito del último cambio que toca a dos subsegmentos de crédito productivo (productivo corporativo y productivo empresarial), y que debe aplicarse a partir de julio, y de forma mensual.

Esta reforma, explica Marco Rodríguez, presidente ejecutivo de Asobanca, establece que en el cálculo ahora se considere “el comportamiento que han tenido las tasas de interés referenciales de los 12 últimos meses de estos dos subsegmentos”. Los otros segmentos de vivienda, consumo, microcrédito, por ejemplo, seguirán igual.

Según la resolución, es necesario hacer una asignación eficiente de precios en el otorgamiento de nuevos créditos, pues existe “la necesidad de establecer un sistema flexible    de tasas de interés activas máximas...a fin de que el sistema financiero    pueda mantener su dinamismo y se promueva el crecimiento económico”.

Rodríguez sostiene que con eso, la Junta lo que hace “ es reconocido que el resultado de aplicar bajos techos a las tasas de interés es que haya menos crédito a los sectores productivos” .

Las tasas de interés deben ir acorde con el contexto económico internacional y nacional, explica. En los últimos meses, recuerda Asobanca, ha existido un encarecimiento del costo de los préstamos a nivel internacional, debido al alza de tasas fijadas por la Reserva Federal de Estados Unidos. Una situación que es difícil de sostener, “con el sistema y la estructura rígida de las tasas máximas de interés activas vigentes”.

En Ecuador, la normativa establece -desde 2007- que las tasas de interés de todos los créditos bancarios tengan techos o topes máximos.    “Si bien la idea y la intención detrás de fijar límites, e incluso reducir las tasas de interés, es impulsar el crédito, lo que sucede en la práctica es todo lo contrario.    Este tipo de medidas generan restricción del crédito, creando desabastecimiento en ciertos segmentos (principalmente los productivos) y concentración del crédito en pocas manos”. Según el Global Findex (2021), solo dos de cada 10 personas mayores a 15 años tienen acceso a financiamiento formal en el sistema financiero ecuatoriano.