Seguirá siendo caro producir. Son varios los factores que indicen en el aumento de los precios de los productos para la protección de cultivos, incluso la alta demanda de bienes, como la concentración de empresas proveedores en China.

Juan González, director ejecutivo de la Asociación de la Industria de Protección de Cultivos y Salud Animal (Apcsa), ha llevado a cabo un análisis y las conclusiones no son halagadores sobre una posible reducción de precios. Sin embargo, habla del “esfuerzo que realizan las empresas nacionales para causar un efecto tan grande en la agricultura”.

Desde abril de 2020, están en aumento los precios de los fertilizantes, fungicidas, insecticidas y estimulantes. Desde mayo de 2020 el precio internacional de la urea casi se ha duplicado, pasando de 200 a 410 dólares la tonelada. Y a eso hay que aumentar el costo del seguro, el flete, la descarga y transporte, antes de llegar al consumidor final.

La inestabilidad de la oferta por la reactivación pospandemia, el aumento de fletes y la complejidad para lograr espacios en puertos son razones de peso. El alza del precio del petróleo encarece los fletes marítimos de manera significativa, llegando los fletes de 45 a 110 dólares la tonelada.

Las ventas no han sido afectadas aún en el mercado interno, debido a que estos productos son necesarios para mantener la productividad en las áreas de cultivo de banano, plátano, arroz, flores, cacao, palma aceitera, maíz amarillo y otros bienes para el mercado interno y externo.

Por ejemplo, el Ferticacao supera los 35 dólares el saco de 50 kilos, aunque hay productos enriquecidos con zinc que llegan a costar hasta 37, 40 o 44 dólares el saco.

“Algunas empresas todavía mantenemos los precios porque no hemos realizado importaciones recientemente, pero cuando se acabe el stock sería necesario un ajuste”, manifiesta Rocío Mejía, de un almacén ubicado en Babahoyo, capital de la provincia de Los Ríos.

Son varias las estrategias que aplican las empresas afiliadas a Apcsa para no sucumbir ni afectar las ventas: “Financiamiento para mantener el volumen de importación, alquiler de bodegas adicionales para almacenamiento extra, anticipación de compras, búsqueda de alternativas para mitigar el impacto a pequeños agricultores”, detalla González.

La consecuencia principal del aumento del precio de los insumos es el bajo rendimiento de los cultivos, ya que el campesino deja de realizar algunas labores, como control de plagas y fertilización. Con un precio del abono para cacao de 37 dólares el saco, el gasto al año en tres ciclos de fertilización es de 333 dólares por hectárea.

Desde los gremios se le pide al Gobierno una reducción de aranceles para las materias primas e insumos en la distribución de fertilizantes, como por ejemplo sacos y demás; eliminación del ISD para fertilizantes; sacar la autorización previa a las importaciones de fertilizantes; simplificación de trámites; créditos con bajo interés para los productores; además de programas de apoyo para mejorar la competitividad de los pequeños agricultores.

Apcsa, que asocia a las firmas que proveen más del 90 % de los insumos agropecuarios en Ecuador, les ha dicho a los dirigentes que el alza del valor de fertilizantes, semillas y fitosanitarios obedece a factores externos del mercado de insumos, “que escapan a la voluntad de las empresas nacionales o del Gobierno y que se relacionan, entre otros factores, con el mismo incremento del precio de las materias primas para su fabricación, la subida en el costo de los fletes marítimos y de los contenedores de carga, que se han triplicado”.

“No solamente subió al doble o al triple la materia prima en las fábricas de insumos, también hay que considerar que subió el valor del alquiler de los contenedores. Lo que antes se pagaba a 2.000 o 3.000 dólares, pasó a 12.000, actualmente está en 18.000 y se espera que suba a 24.000 dólares”, explica Juan González.

Agregó que es necesario que las empresas, productores y el Gobierno trabajen en conjunto, para enfrentar la situación creada por el alza en los precios internacionales de los insumos. “Por eso nos reunimos con los actores directos de las cadenas productivas para hacer alianzas estratégicas y compartir las cargas de la crisis”.