Recién volvió de Galápagos, donde disfrutó de unas vacaciones familiares y además hizo unas promociones turísticas.

Cynthia Naveda, quien fue parte del segmento Farándula en la mira, de El club de la mañana, de RTS, debutará en Jarabe de pico, el lunes 22 en Teleamazonas.

La recibirán con bombos y platillos porque las invitaciones que circulan indican que los convocados a esa emisión deberán vestir traje formal.

¿Por qué decidió irse de RTS y aceptar la propuesta de Jarabe de pico?

No era la primera vez que me habían hecho la oferta, entonces no se concretó, ahora sí. Mantuve algunas reuniones, llegamos a un acuerdo, no pude decir que no. Había cumplido dos años en El club de la mañana, era el momento de volar.

¿Llenar la vacante que dejó Marián Sabaté la pone nerviosa?

Soy honesta, me preocupaba la reacción de la gente, me dio nervios, ansiedad, pero desde que se hizo público que me cambié de canal, los televidentes se manifestaron positivamente en las redes sociales y en las calles. Eso fue como un termómetro. Además, mis compañeros de trabajo y directivos me recibieron muy bien. Todo lo puse en manos de Dios, le pedí que me lleve donde sea mejor para mí.

Dicen que son parecidas en lo físico y en ciertos rasgos de su personalidad.

Cierto que nos parecemos, es una mujer guapa, querida y profesional, así que es un halago que me comparen con ella. Algunos dicen que me parezco más a Marián que su hija, Barbarita (risas).

Usted es de bajo perfil y no ha tenido el currículum sentimental y de escándalos que ella.

Nos parecemos, pero no somos idénticas, siempre que conversamos o nos vemos molestamos con eso, de que a mí me faltan escándalos y que debí haber tenido más novios (risas).

Algunos comentarios desmerecen su talento porque dicen que la eligieron por su parecido con la reina de la prensa rosa.

No me enojo por lo que dicen, esperaba ese tipo de comentarios y comparaciones. Más bien creo que mis nuevos jefes han utilizado eso de manera inteligente y le han sacado provecho. Estoy segura de lo que soy, de mi profesionalismo, tengo 13 años en el medio y me preparé para estar frente a un micrófono.

En una reciente entrevista Marián dijo que usted es muy amiga del productor, Mario Naranjo y del presentador Will Mendoza. Dio a entender que por ello se quedó con el puesto.

Soy superamiga de ellos, pero Marián es muy amiga de Rocío Dunn, gerente de producción de RTS, y de la gente con la que trabaja ahora. Creo que hay que tener afinidad con las personas que compartes a diario, esa química es importante. Ellas son amigas y hacen una buena dupla. Mario y yo trabajamos en Divinas, Báilalo y en otros proyectos en Canal Uno, y en ¡Qué gusto!, del entonces Gama TV. Existe confianza.

Ahora la llaman la Devoradora de la farándula.

(Risas) Mario me dice así. El tiempo que he estado vinculada a la farándula, que es la mayor parte de los años que he trabajado en TV, siempre me he manejado de forma correcta y con respeto, sin parcializarme. Si se han dado malentendidos los he aclarado como es debido porque hacer farándula no es fácil, ya que hay que hablar de otros y eso a muchos no les agrada. Devoraré la farándula, me gusta llamar la atención de manera positiva.

¿Solo será presentadora o aspira a algo más?

A un segmento, me divierten los reportajes. Quiero hacer algo loco, chistoso. Me concentraré en dar harto jarabe de pico.

¿Se convertirá en la nueva reina de la prensa rosa?

Esos títulos los da el público o la prensa, no yo.

Si se quedaba en El club de la mañana habría tenido que compartir con La Bomba, quien será una de las nuevas presentadoras y con quien se dice no existen buenas relaciones.

Mantengo una buena relación con los que trabajé en RTS, al menos yo. Nunca tuve una discusión con ella ni un encuentro cara a cara, si habló de mí a mis espaldas no lo sé porque nadie me lo contó. No soy persona de pleitos, escándalos o de problemas.

Los refranes son sabiduría popular y uno de ellos expresa que cuando el río suena, piedras trae...

Algunas veces me han hecho la pregunta sobre mi relación con Adriana Sánchez y la gente tanto fuera como dentro del canal comentaba sobre ese tema. Cuando nos veíamos en los pasillos o en el camerino, la saludaba normalmente. No me gusta mentir porque la mentira tiene patas cortas. Entré a RTS y traté de ganarme a la gente porque yo era la nueva.

En algún momento en una emisión del segmento farandulero de El club... se dijo que la boda del año (2016) había sido la de una ex Miss Ecuador porque fue en México. Meses antes se celebró la de La Bomba. ¿Será que ahí cayó en desgracia?

Sé que tengo una risa burlona, pero en ese entonces yo no nombré a mis compañeras de trabajo. No recuerdo si fue Carla Estrella, Pilar Vera o El Cuy quien mencionó a las que se habían casado en esos meses. No puedo burlarme de nadie si yo contraje matrimonio en el Registro Civil y sin fiesta.

Intrusos, el nuevo programa de RTS, acaba de estrenarse. ¿Qué le pareció?

Vi la primera emisión, honestamente creo que el primer programa suele ser algo desordenado hasta que se le agarre el golpe o las piezas se pongan en su lugar. Considero que se debe pulir, hay personas que no resaltaron, que no se expresaron correctamente. Tal vez unos salgan, otros ingresen. Todos tratan de tener protagonismo. No me parece una mala idea. Hablo con respeto porque no deseo ofender ni herir a nadie, además hay muchos detrás que necesitan que el espacio funcione para asegurar su trabajo.

¿Algo que cuestionar?

No me gustó ver la foto de un menor, el hijo de Margareth Campuzano, expuesta durante tanto tiempo. No lo digo solo como comunicadora, también como mamá. Yo no lo hubiese permitido, pero si ella lo autorizó, entonces no podemos irnos en contra.

¿Qué opina que los panelistas solo han estado involucrados en escándalos?

Creo que la gente tiene derecho a superarse y crecer profesionalmente. Me imagino que por la competencia que existe, se quieren resultados inmediatos. Mi opinión es que se debió apostar por gente con experiencia. Le veo futuro a William Jaramillo, no se casa con nadie, tiene un estilo frontal y directo, lo que gusta en la farándula. Édison Guerrero posee facilidad de palabras, aunque no tiene el veneno. Al resto le falta, pero deben aprovechar la oportunidad y prepararse.

Hace 4 años se casó con Juan Sebastián González y tiene un hijo, Maximiliano, de 3.

Estoy pensando en someterme a un tratamiento para tener mellizos o gemelos. Quiero dos más, pero no en este momento. Me muero de ganas por una niña. Soy hija única y me gustan las familias grandes. Por mi esposo me hubiese embarazado al día siguiente del parto, no respetó ni la cuarentena (risas). Ahora debo afianzarme en mi nuevo trabajo.

Usted es muy creyente, para la religión católica su matrimonio civil no cuenta.

Mi mamá (Gloria María) siempre me lo dice. Sé que estoy viviendo en pecado y en concubinato, aunque hay mucho amor en mi hogar y Dios me regala muchas bendiciones. Quisiera casarme el eclesiástico pronto. Cuando contraje matrimonio civil en 2014, la gente se me resintió porque no invité a nadie. Quiero una boda como la de Thalía, por lo menos en mis sueños (suelta una carcajada).