El crudo se aleja de la meta

El crudo se aleja de la meta

Otra vez la vara se la puso muy alta. Ha pasado apenas un mes y 22 días, pero desde ya parece un boceto de que en este año el precio del petróleo otra vez se acomodará muy por debajo de las expectativas fijadas por el Gobierno.

El presupuesto 2016 se calculó asumiendo un ingreso promedio de 35 dólares por cada barril que se venda, pero lo cierto es que en enero pasado ha estado moviéndose a un ritmo de entre 24 y 25 dólares, 11 dólares por debajo o el 30 % menos. Y eso sin contar los costos de extracción del crudo y que en febrero el precio sigue resbalando.

Por eso las preguntas bailan en el aire: ¿Cuáles serán las variables de ajuste? ¿Qué sectores cargarán el peso muerto? Más aún cuando incluso los ingresos por impuestos, la fuente más importante de ingresos a la caja estatal, volvieron a retroceder.

Hace unas semanas, el ministro de Finanzas dijo a EXPRESO que están pendientes. “Obviamente la caída del precio del petróleo el último mes (en enero) afectó la programación (presupuestaria) y estamos tomando las medidas necesarias para verificar (su precio). Seguimos con 35 dólares por barril, pero es un promedio, acordémonos (...) Si no hay una solución del precio del petróleo, tomaremos algún tipo de medida en el presupuesto para no desequilibrarlo más”.

Las medidas vendrán, es casi un hecho, porque según las previsiones de los bancos y las agencias especializadas, las cotizaciones del crudo todavía no tocan piso y ese es el asunto: ¿qué pasará cuando baje más por esa espiral? El presidente Rafael Correa dijo hace pocos días cómo se viró la situación. “Normalmente recibíamos plata de las petroleras después de que cubrieran sus costos de producción, sus contratos; con eso podíamos importar derivados y quedaban tres mil millones para el presupuesto. Ahora no hemos recibido absolutamente nada y tuvimos que dar a las petroleras 1.600 millones de dólares y para importación de derivados. Eso pasó el 2015 y probablemente pasará el 2016”.

Pero lo que sucede con el crudo no solo toca al presupuesto fiscal. El petróleo parte a la economía en dos: la petrolera y la no petrolera. Esta segunda sigue siendo petrodependiente. Como se derrumbó el precio del crudo, ingresaron 7.100 millones menos en el 2015, lo que afectó la liquidez de una economía dolarizada y terminó contrayendo los depósitos de los bancos: menos créditos y más morosidad. Es que los empleos han caído o algunos trabajadores tienen menos ingresos y por eso demoran en pagar. César Robalino, exministro de Finanzas, ha insistido en que el Ejecutivo revise los gastos en subsidios, para compensar la merma de los ingresos, antes que cargar con más impuestos a unas empresas que han padecido por las menores ventas.

Se refiere, por ejemplo, a mover los precios de los combustibles a valores reales. El Gobierno ya dio un pequeño paso cuando empezó a ajustar, al menos en las cadenas de gasolineras estatales, el precio de la gasolina súper, que cada semana sube a una velocidad de dos centavos, hasta equiparar el precio al que la ofrecen las estaciones de la competencia. Aunque, al menos por ahora, el Estado gasta menos en importaciones de derivados tras el desplome del crudo.

Hasta el 19 de febrero, según Petroecuador, el precio teórico del oro negro nacional se ubicó en 18,07 dólares. Desglosado va así: $ 20,44 para el barril de crudo Oriente, el más vendido al exterior. Y $ 15,69, para el Napo. El facturado tiene una mejor cotización: $ 22,65 y $ 19,90, respectivamente, y sin embargo esos valores están por debajo del promedio observado en enero pasado. Otra vía: endeudarse más.