El turismo enfrenta otra ‘pandemia’. Las cancelaciones de viajes y reservaciones; las restricciones de horarios de atención y circulación; o de visitar destinos considerados de más peligro, el estado de excepción y la semaforización del riesgo, evocan la fase crítica de la COVID-19. Ahora es por la violencia e inseguridad en el país, pero los operativos de las Fuerzas Armadas y la Policía que han reducido los casos, además del afán de reactivación aprovechando el próximo feriado de carnaval, mueven a diversos actores turísticos a plantear recomendaciones a viajeros y autoridades para que se retome esta actividad de la manera más segura posible.

Hay otros efectos de esta nueva ‘pandemia’. Por ejemplo, el transporte turístico ahora evita los viajes en las noches y advierte a los turistas sobre el peligro de ciertos destinos. Y lo hacen por experiencia, pues entre sus agremiados hay quienes han sufrido ataques en la vía o han conocido de playas donde corren riesgo los visitantes.

“Hay clientes que por ahorrarse un día de hotel todavía quieren salir a las doce de la noche para amanecer en otra ciudad, por decir, de Guayaquil a Baños, y eso ya no es recomendable por la inseguridad”, dice Shirley Rivera, presidenta de la Federación Nacional de Transporte Turístico del Ecuador.

Pero así como la COVID-19 obligó a tomar una serie de medidas de bioseguridad y precauciones para retomar las actividades reduciendo los riesgos, también hay propuestas de los gestores turísticos para reactivarse en medio de la inseguridad.

Por ejemplo, aconsejan viajar de día o salir en la madrugada. Y, por su parte, sus carros solo paran en sitios estratégicos y seguros como gasolineras y restaurantes conocidos por ellos.

Rivera aclara que existen destinos seguros como Cuenca, en Azuay, o Baños, en Tungurahua; e incluso en Guayas hay una playa poco concurrida, pero segura como la de Engabao. Pero plantea a las autoridades un pedido en el que coinciden otros actores turísticos consultados: crear rutas o corredores seguros.

En ello concuerda el consultor turístico y expresidente de la Corporación de Profesionales de Turismo, Edson Larrea, quien acota que estos deben ser tanto dentro de las ciudades, con rutas que conectan sus principales atractivos o sitios turísticos; como en las carreteras que unen a ciudades o destinos con más flujo de visitantes, como Cuenca, Baños, Manta o Montañita.

Larrea habla de una zonificación o mapas de información donde consten esos lugares de atracción turística y las formas más seguras de llegar o salir; y que a la vez sea una guía para que las autoridades sepan dónde deben garantizar la seguridad.

“Entonces se identifica cuáles son los sitios para que la gente pueda asistir y pueda salir; y a la vez es una ventaja en caso de un manejo de crisis”, agrega.

En cuanto a los corredores seguros, la vía que más citan y preocupa a los consultados por este Diario es la que une a Guayaquil y Cuenca por Molleturo. Así también lo hace Silvia Parra, la presidente de la Asociación Ecuatoriana de Agencias de Viaje y Turismo, (Asecut), quien plantea la presencia de policías y militares en puntos o poblaciones que están dentro del trayecto, con el fin de brindarle seguridad a los viajeros.

“Yo creo que principalmente las autoridades deben actuar, con el actuar van a generar seguridad y esa seguridad es la que necesita ver el extranjero en medios y redes sociales”, añade la también gerente de una agencia de viajes y turismo.

Los tres proponen varias medidas y acciones a los turistas y viajeros de cara al feriado de carnaval, que se resume en el gráfico adjunto, pero insisten en que lo importante es que la experiencia del turista, sea nacional o extranjero, sea una que le transmita confianza y seguridad. Consideran que esa será la mejor promoción para reactivar el turismo nacional, en medio de esta nueva ‘pandemia’.

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