Luisa quería ‘escaparse’ con su hija de 2 años y su mamá de Guayaquil para descansar unos días en la capital, pero no estaba segura de viajar en bus interprovincial por los constantes robos en las carreteras, sobre todo en las zonas de Quevedo y Santo Domingo. Sin contar los accidentes de tránsito.

Por eso buscó opciones de vuelos, aunque eso también le generó molestias porque los costos apretaban su presupuesto. Pagó $ 230, entre el valor de los pasajes y los impuestos.

“Cuando te venden el boleto colocan el detalle de los impuestos, que es súper elevado. Casi sale igual que el boleto mismo. De paso te cobran el asiento  y te van metiendo cosillas ahí, entonces un boleto de $ 30 termina costando $ 100”, comentó la guayaquileña, quien cree que debe haber más aerolíneas operando en esa y otras rutas, y una reducción de tasas.

En otros casos, los ciudadanos    tienen que hacer transbordo. Eso alarga la ruta, ante la falta de vuelos directos, como en el caso Guayaquil-Loja, un tramo que por vía terrestre representa unas ocho horas y más de diez horas si el destino se extiende a la provincia de Zamora.

Actualmente, la demanda de vuelos locales la cubren Avianca, Latam y Aeroregional. Había un cuarto actor, Equair, pero salió del mercado hace pocos meses y con ello sus frecuencias quedaron sin operaciones.

De acuerdo con información del Ministerio de Turismo, esas tres aerolíneas atienden la demanda interna de vuelos en 12 rutas, con más de 221 frecuencias por semana.

Sus vuelos se trasladan a Guayaquil, Quito, Cuenca, Loja, Santa Rosa, Baltra, San Cristóbal, Manta y Coca. Sin embargo, hay rutas que no conectan directamente a esos aeropuertos.

El ministro de Turismo, Niels Olsen, indica a EXPRESO que un nuevo actor entraría a competir en el mercado local y que cubriría el espacio que dejó Equair, como las doce frecuencias que tenía a las islas Galápagos.

“Estamos trabajando para que entre un cuarto competidor, que dentro de poco empiezan sus certificaciones y esperamos que pueda ingresar a volar y a competir a partir de octubre del próximo año”, adelanta Olsen, quien agrega, sin dar más detalles, que es una empresa internacional y solvente.

En el gremio de las aerolíneas que operan rutas locales también hay una lectura sobre la oferta del servicio que hay en una y otra ciudad. Marco Subía, presidente de la Asociación de Representantes de Líneas Aéreas del Ecuador (Arlae), aludió al fenómeno comercial de la oferta y la demanda.

“Las aerolíneas vuelan a donde hay mercado. Buscan una rentabilidad. El mercado de Loja se ha venido desarrollando mucho. La compañía Aeroregional empezó con cinco frecuencias semanales y ahora está casi en 21 frecuencias desde Quito. Si no existe entre Guayaquil y Loja, probablemente sea porque no existe el mercado suficiente”, señala Subía.

En el sector turístico de Loja rebaten la idea de falta de mercado relacionado con el Puerto Principal, pues conocen del    interés de esa y otras zonas del país por visitarlos. El presidente de la Cámara de Turismo de Loja, Fran Obaco, comparte los comentarios recogidos.

“¿Cómo se podría mejorar la atracción de los turistas a Loja? Fácil. Teniendo conectividad aérea y vialidad, porque en muchas encuestas que hemos hecho nos dicen: ‘Está muy lejos’. ‘Son ocho horas (de viaje)’. ‘Son doce horas’. Necesitamos el compromiso de las autoridades de que nos hagan sentir de que Loja es parte del Ecuador”, menciona Obaco.

De hecho, si es que una persona de Guayaquil quisiera visitar Loja, por vía aérea, tendría que comprar un pasaje para viajar a Quito y luego adquirir otro boleto para la ciudad del sur. En un ejercicio realizado por EXPRESO para simular una compra de dichos pasajes, se usó la plataforma digital de dos aerolíneas, con fecha de viaje del 15 de enero del próximo año. El resultado: este Diario constató que el usuario tendría que cancelar $144, de estos casi $ 60 en tasas. Solo por los pasajes de ida.

El Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) también tiene competencia en el trabajo coordinado para potenciar el turismo. El subsecretario de Transporte Aéreo del MTOP, Pablo Galindo, refiere que la promoción turística juega un papel clave.

“Un turista va a un destino no por el aeropuerto, sino por el atractivo turístico que encuentra en la ciudad, por las facilidades que tiene dentro de esa ciudad”, detalla Galindo, quien asegura que como ministerio dan acompañamiento a su par de turismo y a actores locales.

“Estamos trabajando con las cámaras, con las aerolíneas, buscando alternativas para generar incentivos”, añade el subsecretario del MTOP.

Sin embargo, ese trabajo no sería suficiente por la contraparte. El ministro de Turismo, Niels Olsen, asegura que hay actores locales un tanto pasivos: “Yo lo que le diría es que me encantaría ver a los gremios y a los gobiernos autónomos tomar posturas mucho más proactivas en beneficio del sector. En el ministerio tenemos las puertas abiertas”.

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Entre las cámaras de turismo, en cambio, consideran que sí hay proactividad, más bien piden mayor inversión estatal para mejorar la promoción de las áreas de reserva, las cascadas, los ríos, las formaciones rocosas, la fauna y flora, la gastronomía, entre otros atractivos tangibles e intangibles.

En la ruralidad también proponen la creación de potentes corredores turísticos, acompañados de paquetes de viaje accesibles para los diferentes grupos objetivos.

Olsen también menciona la promoción internacional que se le ha dado al país desde el periodo pasado, cuando ejercía el mismo cargo en el gobierno de Guillermo Lasso, con la participación en ferias extranjeras.

Esas acciones más  la reducción de impuestos y la firma de un acuerdo de cielos abiertos que beneficia a la conectividad internacional, sugiere Olsen, genera un efecto dominó en el mercado local: “Entre más oferta, más aviones tenemos volando en nuestros cielos, mejor es la competencia y mejor son los beneficios para los ecuatorianos”.

Sobre el costo de los pasajes, el secretario de Estado insiste, al igual que el gremio de las compañías aéreas, en que sería contraproducente regular o controlar los precios porque “en ese momento las aerolíneas cogen sus aviones y se van a otros países donde no existen estas restricciones”.

Ante los ofrecimientos y discursos oficiales y del sector privado, usuarios siguen escépticos de que en el país se estén percibiendo los beneficios.

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